El leopardo del Amur es un animal único que se encuentra en peligro crítico de extinción debido a la destrucción de su hábitat y la caza furtiva. Gracias al esfuerzo de las organizaciones de conservación aún podemos ver una centena de ejemplares.
El leopardo de Amur es una subespecie de leopardo de tamaño medio, reconocido por su largo y denso pelaje que le ayuda a resistir las temperaturas bajas.
El leopardo del Amur está al borde de la extinción debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y la deforestación. Sin embargo, una mayor colaboración entre los gobiernos de Rusia y China ha llevado a un aumento de la población de esta criatura moteada, que ahora se estima que alcanza los 90 ejemplares. Para evitar la extinción total, se están llevando a cabo programas de conservación, como la formación de escuadrones contra la caza furtiva, el monitoreo de la población y el mantenimiento de dos poblaciones de hembras adultas en terrenos protegidos.
También se están llevando a cabo programas especiales de cría en cautiverio y se están evaluando la reintroducción de estas criaturas en sus territorios históricos
Originalmente su hábitat se encontraba en la península de Corea, noreste de China, y sureste de Rusia, compartiendo territorio con el Tigre de Siberia. Su pelaje es más largo y lo ayuda a soportar el clima de la taiga o bosque boreal.
Se distingue por su pelaje más largo para soportar las condiciones climáticas duras del entorno donde habita. Su pelaje anaranjado y dorado de verano cambia a un tono más claro en invierno. Las manchas de su pelaje son también más grandes y separadas que en el resto de subespecies. Además, tienen los ojos de un color verde azulado claro.
Es, dentro de la especie de leopardo, la más rara que existe. Debido a esto se encuentra en peligro crítico de extinción, en libertad solo hay entre 25 y 34 ejemplares, ubicados en la reserva de Sijote-Alin en Siberia. El resto de los individuos de esta especie de leopardo se pueden encontrar en zoológicos alrededor del mundo.
El Gobierno ruso, gracias a la iniciativa de organizaciones de conservación, estableció en 2012 un área de unas 260.000 hectáreas llamada «La Tierra del Leopardo». Situada en la frontera con China y Corea del Norte allí los leopardos pueden vivir y reproducirse en libertad.
Los científicos instalaron unas 400 cámaras en puntos clave del parque y, a través de las imágenes, comparan los patrones únicos de cada leopardo para obtener un recuento preciso de toda la población. Según los datos el número de leopardos del Amur habría aumentado a un total de 86 ejemplares.