El oso pardo es el animal terrestre en estado salvaje más grande de la fauna ibérica.
Su esperanza de vida supera los 20 años.
La población cantábrica se divide en dos núcleos, el oriental y el occidental, con un censo que supera los 260 ejemplares.
El mayor número de ejemplares se encuentra en el Principado de Asturias.
El oso pardo cantábrico es una de las subespecies de oso pardo más pequeña del mundo. Los machos pueden llegar a sobrepasar los 180 kg., mientras que las hembras rondan los 100 o 140 kg., si bien sufren enormes variaciones de peso a lo largo año.
Renuevan su pelaje una vez al año, en verano, y su tonalidad varía entre el pardo amarillento y el marrón oscuro.
El olfato, su sentido más desarrollado, es extremadamente agudo. Gracias a él pueden detectar a larga distancia muchas de sus fuentes de alimento, amenazas y hasta el estado sexual de otros ejemplares.
Igual que los humanos, el oso pardo es plantígrado, es decir, que al caminar apoya completamente la planta de sus pies.Está bien capacitado para escalar, subir a los árboles y erguirse sobre las patas traseras para acceder a determinados alimentos.