Cuando la NASA se embarcó en la misión de ir a la Luna cometió muchos errores. El más grave, el que causó las muertes del Apollo 1, los hombres que debían ser los primeros en alunizar.
Pero esta estuvo muy cerca de no ser la única muerte de astronautas en el programa. Más allá del accidente del Apollo 13, Neil Armstrong tuvo un accidente muy grave antes de despegar siquiera.
Para ello, Bell Aerospace desarrolló el Lunar Landing Research Vehicule. Este ingenio volador estaba diseñado para instruir a los astronautas en el manejo del LEM. Este aparato poseía dos tipos de motores, uno del tipo turbofan, como los empleados en aviación. Y luego dos motores cohete a base de peróxido de hidrógeno. Estos motores eran similares a los que emplearía el vehículo real en la Luna.
El procedimiento de las pruebas era relativamente sencillo. Primero se ascendía con el motor turbofan hasta la altitud designada. Esta podía ser como mucho de 200 metros. Luego el motor turbofan se ralentizaba hasta que soportaba un 83% de la masa del vehículo. Esto se hacía así para simular la gravedad lunar, que es un 17% de la terrestre.
El LLRV era un vehículo mayormente seguro. Al final solo dos accidentes graves se produjeron y en ninguno de los dos se produjeron daños personales.
Esto en parte se debe al desarrollo de la NASA de asientos eyectables del tipo cero-cero. Habitualmente un paracaídas necesita un mínimo de velocidad y altitud para abrirse, la NASA logró solventar este problema.
Esto fue en última instancia lo que salvó la vida a Neil Armstrong en mayo de 1968, 14 meses antes de hacer historia.
Hay una cierta leyenda negra en torno a este vehículo a causa de este accidente. Y si bien es cierto que en este caso el vehículo falló. La causa exacta se encontró en una pérdida de presión de helio. Esto llevó a un agotamiento del peróxido de hidrógeno que empleaban los propulsores y una inclinación excesiva.
Entonces Neil activó el asiento eyector y se puso a salvo mientras el LLRV se estrellaba en una nube de fuego.
En más de doscientos vuelos entrenando durante el programa, este fue el peor momento del vehículo. Y si se duda de ello, el propio Neil Armstrong lo describió como un héroe sin capa del programa.
Y el mejor ejemplo en el éxito de este modelo de pruebas es que todas las misiones Apollo lograron alunizar exitosamente.