Pero no solo la NASA ha puesto su mirada en tiempos recientes en La Luna, Japón visitó este cuerpo entre 2007 y 2009 con su misión Selene. Este orbitador se trata de una de las misiones de menor perfil de la JAXA teniendo en cuenta sus espectaculares misiones Hayabusa, de recogida de muestras de un asteroide distinto cada una. O su futura misión Martian Moons eXploration (MMX) a la luna Phobos de Marte, que también incluirá la recogida de muestras para traerlas de vuelta a La Tierra. Sin embargo, ha ayudado a arrojar luz a uno de los grandes problemas que no saltan a la vista cuando se habla de La Luna y es la inestabilidad de sus órbitas debido a las diferencias gravitatorias entre las distintas regiones.
Es tal el problema que comprobar la estabilidad de la órbita de la futura estación espacial Gateway es una de las principales funciones de la misión CAPSTONE de la NASA. Y otra misión de esta llamada GRAIL lo investigó también en su momento.
No se puede hablar de sondas a la Luna y olvidarnos del programa Chang’e. Pese a que este requiere de un artículo en exclusivo para él, resumamos. Este programa chino busca aumentar nuestro conocimiento en general de todas las regiones de la Luna, especialmente de aquellas menos conocidas.
Para ello existen tres tipos de misiones Chang’e: orbitadores, aterrizadores y sondas de retorno de muestras.
Hasta el momento se han producido 5 misiones Chang’e, todas con éxitos rotundos.
La primera fase del programa se trató de dos misiones, Chang’e 1 y 2 compuestas cada una por un orbitador, con la primera siendo lanzada en 2007 y la segunda en 2010. Esta segunda misión una vez se dio por concluida su misión principal ha estado realizando una misión ampliada en el punto de Lagrange 2 del sistema Tierra-Sol. En esta se ha estado poniendo a prueba las capacidades de comunicación TT&C (Telemetría, Rastreo y Mando) y además se realizó el sobrevuelo de un asteroide.
Las chang’e 3 y 4 son sondas de aterrizaje.
La 3 es mucho menos conocida que la 4 y esto es debido a que la chang’e 4 se trata de la primera nave que se ha posado nunca en la cara oculta de la Luna.
Además, estas misiones llevaban como carga secundaria un pequeño rover cada una. Yutu, en la Chang’e 3 y Yutu 2 en la 4. Entre los curiosos experimentos que han transportado estas misiones hay un pequeño huerto que no logró superar la primera noche lunar pero que en cualquier caso resultó un éxito llegando a germinar varias de las semillas que se transportaban.