Gastar dinero en el espacio es gastarlo en la Tierra

Amanece en la Luna

Oír hablar del malgasto que es invertir en el espacio es el pan diario de esta redacción. Es comprensible, la comunicación que hacemos los medios, incluso los especializados, no ayuda. Si bien los titulares de las fotos más espectaculares que toma el James Webb hacen que podamos funcionar, estas no cambian la vida del ciudadano que nos lee.

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Fotografía de todo el planeta Tierra tomada por el satélite DSCOCR de la NASA

¿Por qué se gasta tanto dinero en el espacio en vez de en la Tierra cuando tanta gente pasa hambre?

Bien, para empezar es una falsa dicotomía, no, no se gasta tanto en el espacio, o al menos no en términos relativos.

Pero más allá de eso, Aeolus, EUMETSAT, Maxar, Starlink, Galileo, GPS. Todos estos nombres tan relevantes en el mundo espacial, público, y privado, dedican toda su actividad a servir a la TierraAeolus estudiaba únicamente los vientos, mientras que Eumetsat proporciona previsiones meteorológicas a más de una semana vista. Y no podrían ser más diferentes, uno es un pequeño satélite que pesaba 1,3 toneladas y tenía una órbita de tan solo, 320 kilómetros de altura. Mientras que el otro es un pesado satélite de tres veces ese peso situado a más de 36 000 kilómetros de distancia sobre la Tierra. Las diferencias pueden ser más extremas aun si lo comparamos con uno de los diminutos satélites de Maxar dedicados a la observación terrestre.

Las misiones que la humanidad lanza más allá de la Tierra son anecdóticas, simplemente son caras y sin retorno económico posible en la actualidad. Pero para comprar imágenes de alta resolución de una zona donde acaba de suceder un desastre natural hay un gran mercado. A todo el mundo le gusta tener conexión a internet, el problema es que a veces llevarla a lugares remotos es muy complicado y costoso. Sin embargo, esas mismas zonas se pueden abastecer de internet mediante enjambres, o más bien constelaciones enormes de satélites.

Y el negocio de las telecomunicaciones es un pastel muy jugoso, siendo uno de los principales mercados a nivel global desde su aparición.

Pero todo esto es menospreciando el papel que supone el tener humanos viviendo fuera de nuestro planeta. No hay ambiente más extremo donde hacerlo, ni siquiera el fondo del océano, que presenta retos diferentes. La humanidad enfrenta el problema de vivir en un medio donde no hay ningún recurso más allá de la luz solar, que también es terriblemente peligrosa en este entorno.

Simplemente, no hay una mejor forma de desarrollar tecnologías tales como cultivo de plantas, conservación de recursos. Pero también en el ámbito social, donde los astronautas se enfrentan al hecho de que salir fuera de “casa” los mataría instantáneamente.

La NASA se dedica a recopilar en diferentes webs todo lo que hace por mejorar la vida en la Tierra. Por poner un ejemplo en concreto, la ayuda a personas que pasan mucho tiempo en unidades de cuidados intensivos, mejorado los ejercicios y fármacos, gracias al estudio de la pérdida de densidad ósea y muscular de los astronautas en la Estación Espacial Internacional.

Para conocer a alguien de verdad, es necesario conocer su entorno y quienes le rodean. Creemos que es la mejor analogía posible, el entorno de la Tierra es el espacio, el frío vacío. Y quienes lo rodean no dejan de ser el resto de cuerpos del sistema solar, desde el gigantesco Júpiter hasta el más diminuto asteroide de la nube de Oort.  Todos ellos nos aportan información valiosa sobre como es nuestro planeta y hacia donde podría evolucionar. De repente, el gasto en el espacio no es tan superfluo, ¿verdad?

¿No es importante conocer si estamos solos en el universo? ¿No es importante averiguar como evolucionaron Marte y Venus para saber si podría llegar a ocurrirle a la Tierra? ¿No es importante buscar amenazantes asteroides que puedan colisionar con la Tierra? Los dinosaurios no tenían esa capacidad, pero nosotros nos estamos preparando. Ya hemos sido capaces de desviar uno con la misión Dart.

Hay muchas formas de afrontar esta molesta duda de si el dinero gastado en el espacio no estaría mejor gastado en la Tierra. Pero quizá a las personas que usan esa falsa dicotomía les convendría recordar que quienes exploran el cosmos son humanos, que viven en la Tierra. No existe algo como gastar dinero en el espacio porque nadie vive en el espacio de forma permanente, somos todos terrícolas.