Un equipo de físicos dirigido por la Universidad de Iowa informa de la primera detección de explosiones de electrones de rayos cósmicos acelerados por ondas de choque originadas por grandes erupciones en el Sol.
La detección la han realizado los instrumentos a bordo de las naves espaciales Voyager 1 y Voyager 2. Ocurrió mientras estas continuaban su viaje hacia el espacio interestelar. Así se convirtió en la primera nave en registrar esta física única en el reino comprendido entre las estrellas.
Estos estallidos de electrones recientemente detectados son como una guardia avanzada acelerada a lo largo de las líneas de campo magnético en el medio interestelar.
Los electrones viajan a casi la velocidad de la luz, unas 670 veces más rápido que las ondas de choque que los impulsaron inicialmente. Los estallidos fueron seguidos por oscilaciones de ondas de plasma causadas por electrones de menor energía que llegaron a los instrumentos del Voyager días más tarde, y finalmente, en algunos casos, la propia onda de choque hasta un mes después.