ERS-2 viajó 3.800 millones de kilómetros durante su vida, proporcionando datos para miles de científicos y proyectos
Redujo así su altitud de unos 785 kilómetros a 573 kilómetros para minimizar el riesgo de colisión con otros satélites; asimismo, se aseguró que todas las baterías y sistemas presurizados se vaciaran o se volvieran seguros, y que se apagaran los sistemas electrónicos.