Nuevo lanzamiento del transbordador militar estadounidense: publican detalles inéditos de la misión del X-37B

El X-37B sigue siendo un gran enigma después de 15 años de operación rutinaria. En este tiempo siete misiones, llevadas a cabo por dos unidades idénticas, han ido y vuelto al espacio sin ningún incidente reseñable que se sepa. Este programa militar ha empezado a informar mucho más abiertamente en los últimos despegues tras una década de rumorología desatada. Desde una plataforma de armas hasta lo que finalmente es, un medio de probar nuevas tecnologías y materiales en el espacio, las palabras que se escribieron sobre este transbordador militar fueron grandes ejercicios de explorar las capacidades estadounidenses en el espacio.

Primera fotografía desde el X-37B en el espacio. Fuente: U.S. Space Force

Un largo camino

La apertura del programa es muy reciente, pese a que pudimos ver algunas imágenes post vuelo ya en la década pasada, no ha sido hasta los últimos años en las que lo hemos podido ver en el espacio. De hecho, aún hoy solo hay una fotografía oficial de la nave, específicamente de este mismo año.

También este año hemos vivido el retorno de la séptima misión, que pese a ser la que más lejos había volado nunca, tan solo ha estado en el espacio 434 días. En ese año y dos meses, el flujo de información no fue constante, pero sí relativamente habitual. Cuando a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora era tener una breve nota previa al lanzamiento informando del mismo y a los meses la noticia de que su órbita había sido encontrada por aficionados con telescopios.

Y con esta octava misión nos encontramos con una buena dosis de información publicada respecto a su misión.

Imagen del X-37B estacionado en la pista de aterrizaje de la base de la Fuerza Espacial en Vanderberg. Fuente: US Department of Defense

SpaceX vuelve a encargarse del lanzamiento

Tras encargarse del lanzamiento en la quinta y en la séptima misión, en la octava, la Fuerza Espacial estadounidense vuelve a encargar el lanzamiento a los de Hawthorne. El Falcon 9 vuelve a ser el elegido para el despegue, al contrario que la anterior ocasión donde se necesitó el Falcon Heavy debido a que el transbordador voló a una órbita altamente elíptica. Sin embargo, en esta ocasión el X-37B vuelve a su habitual órbita baja.

Especialmente interesante es una de las cargas de esta misión, una posible alternativa a sistemas de posicionamiento global como el GPS o Galileo tal y como los conocemos. Apodado sensor de inercia cuántico, podría suponer una revolución en este tipo de sistemas de guiado. En general, las unidades inerciales usan las aceleraciones producidas por el movimiento de la nave para averiguar su desplazamiento y ofrecer un resultado de su posición, pero no son muy fiables. Tienden a acumular fallos de medición, muy rápido, por no disponer de la suficiente sensibilidad o por el propio movimiento que intentan medir.

Pero el nuevo experimento de la Fuerza Espacial viene a dar un giro notable a esta tecnología. Usando el mismo principio, desplazamiento debido al movimiento del vehículo pero con un importante giro de tuerca, será a nivel cuántico. Empleando la habilidad de los átomos de estar en dos posiciones al mismo tiempo, el principio de superposición que explicó Schrodinger con su gato. Estas partículas, que se encuentran en temperaturas cercanas al cero absoluto se convierten cada una en dos ondas diferentes. Estudiándolas, se averiguó que registraban hasta el más mínimo movimiento en una nave. Y ahora se pondrá a prueba.

 

Martín Morala Andrés

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