En uno de los momentos más importantes de la búsqueda de vida más allá de la Tierra se ha encontrado Uracilio, en las muestras traídas por la sonda japonesa Hayabusa 2 del asteroide Ryugu.
El Uracilio es un compuesto orgánico aminoácido que forma parte del ARN. El ácido ribonucleico es uno de los pilares de la vida en la Tierra tal y como la conocemos. Esta es la versión de cadena simple del más famoso ADN. Esta cadena sencilla forma parte de las células procariotas. Las células que conforman las bacterias y las arqueas por ejemplo. Estas son anteriores a las eucariotas presentes en la mayor parte de organismos evolucionados actuales.
Además, el ARN supone el único material genético de muchos virus.
El asteroide Ryugu donde se han encontrado estos compuestos es el asteroide más antiguo que hemos explorado y traído muestras a la Tierra. Con una antigüedad de 4 500 millones de años, su nacimiento se sitúa en los orígenes más iniciales del Sistema Solar. Específicamente, Hayabusa 2 trajo a la Tierra 5 gramos que pueden haber cambiado lo que conocemos sobre el origen de la vida.
Cabe destacar que el Uracilo es solo uno de los cuatro «ladrillos» del ARN. Los otros compuestos que lo conforman son la adenina, la guanina y la citosina. Todos ellos son aminoácidos.
La fama del ARN en la actualidad proviene de la tecnología de las vacunas para el SARS-COV-2 en las cuales se ha aprovechado de la cualidad del ARN de transmitir información genética.
Ya se ha hablado de que este descubrimiento supone un cambio en la comprensión de la aparición de la vida en la Tierra. Sin embargo, hay que contener el entusiasmo, y pese a que supone un avance para los partidarios de la teoría de que la vida en la Tierra vino de fuera de esta, aún hay que encontrar otros tres aminoácidos para conformar ARN.
Cabe destacar que previa a esta noticia ya existía una teoría en la que ahora se sustentarán los partidarios de la anterior que especulaba con un mundo formado únicamente por organismos de ARN.
Pero el escepticismo no puede negar que este descubrimiento nos sitúa más cerca del hallazgo de vida fuera de la Tierra y por ende conocer el origen de la vida en esta.