El rastro polvoriento de este antiguo cometa se ha desplazado hacia la órbita de la Tierra creando meteoros poco frecuentes pero bastante brillantes. En su apogeo, solo genera alrededor de cinco meteoros por hora, pero estos suelen ser muy luminosos y, a menudo, se convierten en bolas de fuego.
A medida que continúe esta actividad, se espera que se vuelva más potente. Para el año 2220, esta lluvia de debería ser más intensa que cualquier otra de meteoros anual de hoy en día. Sin embargo, de momento, hasta aproximadamente el 15 de agosto, se puede captar en su forma actual.