Nombre por una constelación desaparecida
Normalmente, las lluvias de estrellas reciben su nombre por su radiante (perseidas por la constelación de Perseo, gemínidas en Géminis…). Sin embargo, las cuadrántidas se llaman así por la desaparecida constelación Quadrans Muralis, señalada por el astrónomo Joseph Lalande en 1795, y que, aunque ya no es reconocida por los científicos, continúa dando nombre a esta lluvia de meteoros.
De media, se espera que podamos ver un meteoro cada cuatro minutos, algunos de ellos muy brillantes si nos encontramos en un lugar sin contaminación lumínica y con horizontes despejados.
Durante las primeras horas de la madrugada, la Luna casi llena (lo estará el 7 de enero) dificultará la visualización de los meteoros más débiles, aunque cuando la lluvia alcance su máxima actividad ya se habrá puesto y no será un problema.
“Estrellas fugaces” de cometas y asteroides
Las llamadas “estrellas fugaces” son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La corriente de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al “deshielo” producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. Esto es así en la mayoría de las lluvias de meteoros, pero no para las cuadrántidas y las gemínidas.
Y es que no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de “escombros”. Los progenitores de estas lluvias de meteoros son asteroides: 3200 Phaeton en el caso de las gemínidas y algunos astrónomos piensan que es 2003 EH1 para las cuadrántidas.
En Directo desde Canarias y Extremadura
Dentro de las actividades de divulgación del proyecto europeo EELabs, el canal sky-live.tv retransmitirá, en directo, esta lluvia de estrellas desde el Observatorio del Teide (Tenerife) y el Centro Internacional de Innovación Deportiva en el Medio Natural “El Anillo” de Extremadura.