Como resultado de este impacto, se conformó un equipo especializado de ingenieros para buscar formas de mitigar los efectos de más choques de micrometeoroides de esta escala. Con el tiempo, recopilarán datos y trabajarán con expertos en predicción de este tipo de objetos en el Marshall Space Flight Center de la NASA.
Además, el tremendo tamaño y la sensibilidad del Webb lo convierten en un detector altamente sensible de micrometeoroides, y con el tiempo, ayudará a mejorar el conocimiento del entorno de partículas de polvo del sistema solar en L2, para esta y futuras misiones.
En cualquier caso, este incidente no ha provocado ningún cambio en el cronograma de trabajo del Webb, según la NASA, ya que el equipo de la misión continúa revisando los modos de observación de los instrumentos científicos, se prepara para el lanzamiento de las primeras imágenes –previsto para el 12 de julio– y el inicio de las operaciones científicas.