El declive de la NASA: obligada a cancelar el motor nuclear con el que iba a viajar a la Luna y otras misiones

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Los recortes de la Casa Blanca están golpeando especialmente a la NASA con sus programas de exploración y desarrollo. Con la insistencia de la administración Trump en militarizar el espacio la agencia espacial se lleva una reducción en los fondos que acabarán en la fuerza espacial. Pero el ejército, a través de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, se desentiende también de este pilar para el futuro del espacio estadounidense.

Imagen de un motor Nerva XE, lo más cerca que se ha estado de un motor térmico nuclear apto para volar. Actualmennte está expuesto en el centro Marshal de la NASA. Crédito: James E. Scarborough

Adios al enésimo intento de desarrollar un motor nuclear moderno

El desarrollo de DRACO empezó en 2020 tras superar lo peor de la epidemia de dicho año, la agencia espacial civil y la agencia de investigación militar anunciaron un proyecto conjunto para desarrollar un motor nuclear. Centrado alrededor de la nueva era lunar y con la necesidad militar de poder maniobrar en las órbitas más altas de nuestro planeta el nuevo ingenio emplearía hidrogeno líquido para propulsarse.

La base de conocimiento en Estados Unidos es muy amplia en este tipo de impulsores, ya en la década de 1970 la NASA construyó prototipos del motor NERVA. Al final, el mismo problema que aparece en esta ocasión, la falta de fondos es la que mató aquel proyecto en un estado de desarrollo muy avanzado, con varios prototipos terminados y probados.

La última información que han desvelado fuentes de la NASA explicaron que uno de los problemas a los que se estaba enfrentando el proyecto era realizar pruebas del motor en tierra. Porque en el desarrollo del NERVA el respeto por el medio ambiente fue nulo, se vertía el combustible irradiado directamente al medio ambiente sin filtro. En la actualidad tal despropósito no es posible, lo que obligaría a un enorme gasto en instalaciones especializadas antes de lanzarlo al espacio. Una vez en órbita los motores nucleares no suponen un riesgo porque en la reentrada se descompondría y dispersaría el material. Y por otro lado, se lanzan apagados, es decir, la única fuente radiológica es el combustible nuclear que tiene un índice de actividad relativamente bajo. Y así, en caso de accidente el riesgo para la fauna y flora es reducido.

Pero la NASA no solo trabaja en reactores nucleares para la propulsión, si no para alimentar bases en la Luna y más allá. Kilopower, NASA

DRACO no es el único programa en entredicho

Pese a que el titular solo mencione a este famoso motor nuclear, la NASA se está jugando el todo por el todo con el actual presupuesto presentado por el ejecutivo de Donald Trump. Pese a hacerse valedor del programa espacial durante la campaña electoral con Elon Musk de su lado prometiendo Marte, sin por otro lado cumplirlo en sus tiempos. 

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Empezando por las misiones futuras, lo más afectado es el renovado esfuerzo por comprender Venus, la NASA planeaba hasta tres misiones para estudiar el infernal gemelo de la Tierra en los próximos años. Dos, VERITAS y DAVINCI desarrolladas por la propia agencia al amparo de su programa Discovery para sondas de bajo coste. que aún así serían canceladas ipso facto una vez aprobado el draconiano recorte presupuestario. otra más, EnVision de la Agencia Espacial Europea en la que colaboraban con instrumentos que si se mantiene el presupuesto, ya no volarán. y como estas tres, casi cualquier misión futura de la NASA. La única que se salvaría de la quema sería la muy impresionante Dragonfly que aspira a volar un dron en Titán, la luna de Saturno. Pero esta afección va más allá de las ciencias planetarias, el casi terminado telescopio Nancy Roman se quedaría en tierra para siempre. Y además, el futuro gran telescopio dedicado a observar lejanos mundos habitables reduciría su financiación a menos de un 10%. 

Simulación de cómo se vería Dragonfly a en la superficie de Titán
Recreación artística de Dragonfly en la superficie de Titán. La protuberancia trasera guarda los generadores de radioisótopos. Fuente: NASA

Pero no solo las misiones futuras se verían afectadas, otras en funcionamiento y con planes de continuación se verían obligadas a ser apagadas y abandonadas debido a los recortes. Entre ellas, Juno, dedicada al estudio de Júpiter y que recientemente había sido renovada debido a su buen estado de funcionamiento. La mucho más lejana New Horizons que está próxima a abandonar el Sistema Solar, siguiendo la estela de las Voyager y que aportaría datos únicos de esta inexplorada región sería apagada antes de acabar el año.

Solo el programa tripulado, lunar, mantendría su financiación, aunque con notables cambios. Para empezar, no habría futuro más allá del alunizaje de Artemisa 3, precisamente lo que más se buscaba evitar con el actual programa, no repetir la misión de ir a la Luna, si no quedarse. Para empezar la estación espacial Gateway se eliminan del plan, también el cohete lanzador SLS y la nave espacial Orion. Por algún motivo se seguirían financiando los aterrizadores de Blue Origin y SpaceX, pero no habría una nave con la que llegar hasta ellos.

La NASA se ha visto obligada a mantener las lineas de producción que realizaban los componentes del transbordador espacial. Estos puestos de alta capacitación estaban situados en lugares estrategicos del panorama electoral estadounidense y se presionó en esa dirección desde el congreso y el senado. Fuente de la imagen: NASA

Aún hay una opción de salvar la NASA y la ventaja que tiene Estados Unidos en la exploración espacial, pero pasa por más políticos republicanos. El presupuesto de la Casa Blanca tiene que pasar ahora a la cámara baja del parlamento pero no está claro que hay voluntad para llevar la contraria a los planes del presidente. Aunque es posible que sin salvar todos los proyectos, se modifique significativamente este y otros presupuestos para que el impacto de las medidas se reduzca y no haga perder una ventaja de años al país. No sería la primera vez, el programa Constellation sobrevivió a la terrible crisis del 2008 y a una oposición feroz por parte del presidente Barack Obama gracias al congreso y el senado.

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