Por qué se retrasa Artemis 1: la misión de la NASA a la Luna

Entre finales de agosto y principios de septiembre se sucedieron dos infructuosos intentos de lanzar la misión Artemisa 1. Ambos intentos se frustraron por problemas internos del cohete. Hoy los analizamos de cerca.

La meteorología jugó un papel importante pero no determinante en el primer intento de lanzamiento el día 29 de septiembre. Fuente:NASA

El primer problema el día 29 de agosto empezó con la meteorología. Una mala previsión de esta retrasó el proceso de llenado de combustible hasta casi 3 horas. Tras esto llegó el problema más grave.

A la hora de manipular el hidrógeno líquido existen dos grandes problemas.

El primero de todos es el calor. Debido al extremadamente bajo punto de ebullición del hidrógeno. -253ºC. Es imposible mantener temperaturas a esos niveles o inferiores. Y los depósitos del SLS no son una excepción.

Además de este problema existe también el del diámetro molecular. Debido a que el átomo de hidrógeno esta formado exclusivamente por un protón, un neutrón y electrón. Pese a que la molécula sea la unión de dos átomos no ayuda a paliar este problema.

Es simplemente muy pequeño. Y tiende a filtrarse. Si encima como aparentemente ha sucedido en esta ocasión existía una fuga el problema pasa a ser dramático.

Para empezar, si la concentración supera el 4% de hidrógeno en el aire, este se vuelve inflamable. Es decir, literalmente el cielo se prende fuego. Con otro de los muchos problemas de este elemento, las llamas de hidrógeno son invisibles a simple vista.

Por eso cuando se detectaban concentraciones de mas del 3,5% de hidrógeno en alguno de los contadores de la torre se frenaba el repostaje para evitar accidentes.

Los problemas en las líneas de suministro de hidrógeno provocaron graves retrasos. Estos empujaron al limite de la ventana de lanzamiento la hora de despegue.

Sección problemática, Fuente:NASA

Pero las bajas temperaturas de operación del hidrógeno exige el enfriado de los motores antes de su encendido. Si no, se produciría un shock térmico que podría dañar e incluso destruir el motor.

En este punto volvió a fallar el cohete. En específico el motor número tres no se enfrío según debía. Como se estaba al límite de la ventana de lanzamiento se canceló el lanzamiento finalmente.

Detalle de la sección de motores. Fuente:NASA

Por último la causa final de que no hayamos visto despegar aún la misión Artemisa 1 es la mecánica orbital.

Una ventana de lanzamiento describe el periodo de tiempo en que un cohete puede alcanzar su objetivo.

Para calcularla entra en cuenta factores como la inclinación orbital del destino o la eficiencia de los motores. Aún así el factor más determinante suele ser la posición del destino en el momento del despegue.

En el caso de los lanzamientos a Marte es más visual ya que el momento de más proximidad no coincide con las ventanas de lanzamiento porque entonces estaría alejándose a partir de ese momento.

Las ventanas de lanzamiento de Artemisa 1 son muy limitadas por motivos variados.

Para empezar, el objetivo, la Luna es no es el mejor destino en cuanto a ventanas de lanzamiento. Solo hay un puñado de días disponibles, en torno a una semana, al mes. Además el SLS no es un cohete excesivamente potente, ni a la Orion le sobra combustible. Esto bloquea varios días de las ventanas mensuales. Y por último no todos los días tienen ventanas cómodas para lanzar.

A estos problemas con las ventanas se añade que en caso de un aborto tarde en la cuenta atrás implica retirar el combustible del cohete antes de volver a intentarlo. Y este es un proceso lento, nunca menos de un día.

Fuente:NASA

Todos estos problemas han mantenido al SLS en tierra de momento. Pero los equipos de ingenieros de la NASA y contratistas trabajan día y noche para permitir el regreso de la humanidad a la Luna cuanto antes.