Retrasos y más retrasos: la primera norma del vuelo espacial

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Desde el primer lanzamiento tripulado, hasta la misión Exo Mars 2012 camino ya de ser 2032, o el despliegue de una constelación como Kuiper de Amazon, los retrasos son la norma en el vuelo espacial. Problemas presupuestarios, rediseños, calidades deficientes, las causas son muchas, las hay más evidentes y algunas menos. Pero el resultado final es muy evidente, la exploración del cosmos siempre va tarde en sus ya de por si extendidos calendarios.
Normalmente cuando hablamos de retrasos en programas espaciales lo hacemos de Estados Unidos, la ESA o Rusia e India en menor medida, pero no son los únicos, todos aquellos que navegan por el espacio los enfrentan. Los dos primeros por su libertad de información, que afronta un retraso como un problema normal y lo comunica a la prensa. Sin embargo, en Rusia e India se suele basar más en que los irreales calendarios que suelen plantear permiten anunciar esos retrasos constantemente porque no se basan en argumentos técnicos. Al no basarse en lo que dicen sus científicos que llevará realizar la misión si no en mandatos políticos, las fechas suelen ser irreales y violadas una tras otra sin intención de cumplirlas.
Pero, hay un caso aparte que merece más exploración, China aborda su exploración espacial con mucha calma, aunque con dos fechas muy señaladas. Con un claro componente político, pero a la vez permitiendo margen a sus equipos técnicos de llegar a cumplirlos. Por un lado, y menos seguro, es 2049 para alcanzar Marte con astronautas chinos.
Esta fecha respondería al centenario de la fundación de la República Popular China, una fecha política, pero atendiendo a las necesidades temporales de preparar tremenda hazaña. Pero hay otro ejemplo que habla aún mejor de los planes a largo plazo de China.
China lleva al menos una década señalando el final de la década de 2020 y 2030 como su momento de alcanzar con astronautas la Luna por primera vez. Para ello necesitaban que el CZ-5, su actual cohete más potente entrase en servicio. Paso clave necesario en la construcción de una estación espacial modular, el lanzamiento de su misión a Marte, y apoyar el desarrollo de su nave lunar.
Pero en 2017, en su segundo vuelo, el lanzador falló cuando dos propulsores de la primera etapa perdieron empuje. Hasta 2019 no lograron encontrar, desarrollar, probar e implantar la solución. Pero pese al retraso de 2 años en todo el programa a raíz de ese accidente siguen en línea de cumplir sus planes lunares en tiempo.
No.
La excepción china responde a una serie de factores múltiples que son irrepetibles. Primero por sus capacidades técnicas, son muy superiores a la mayoría de países con capacidades espaciales. Por otro, son una dictadura, no están atados a los ciclos electorales que rigen el mundo occidental. Otro factor clave que podría variar es el económico. Hasta el momento, su crecimiento sostenido desde principios de siglo ha impulsado el I+D estatal en todos los campos, siendo el espacial el más conocido pero no el único. Además, el factor clave de ser un país lo suficientemente grande como para sostener el complejo programa que están desarrollando por su cuenta. Ni siquiera Estados Unidos se plantea en la actualidad repetir la épica de las misiones Apollo sin apoyo de sus aliados tradicionales.
El contexto importa mucho a la hora de contar las cosas. Cuando hablamos de retrasos en el sector espacial hablamos del pan de cada día, problemas económicos, mentiras por motivos económicos, problemas técnicos, soluciones técnicas fallidas, problemas de fabricación. La lista a enumerar de motivos que causan retrasos en el mundo espacial es inabarcable, mal tiempo, problemas de certificación, problemas medioambientales, ventanas de lanzamiento, violación de perímetros de seguridad. Muchos de esos problemas afectan a los cohetes, pero también a los satélites, donde hemos visto problemas en el suministro de combustibles para repostarlos antes del lanzamiento o que han sufrido daños en el transporte. La masificación de la órbita terrestre ha traído algunas novedades excepcionales y que nadie se esperaba, pero que poco a poco se normalizan. Igual que se ha hecho con el resto de problemas.
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