X-37B: despega el transbordador militar secreto de Estados Unidos

El transbordador espacial militar secreto X37-B de la Fuerza Espacial de Estados Unidos vuelve a las portadas. Esta misteriosa nave lleva más de una década entre nosotros y los detalles sobre ella y su misión aún son clasificados. Sin embargo, esta vez es noticia con aún más motivo ya que el vehículo de lanzamiento elegido es ni más ni menos que el Falcon Heavy.

X-37 en el espacio
Única imagen del misterioso vehículo X-37B en el espacio. Fue tomada en una misión anterior por una cámara situada en la cofia del vehiculo lanzador, un Atlas V de United Launch Alliance. Fuente: ULA

El lanzamiento

Actualmente SpaceX sigue trabajando para ampliar sus capacidades de lanzamiento, por lo que el despegue se realizó desde la rampa LC-39A de Cabo Cañaveral, la única disponible para este vehículo lanzador. Entre los planes de mejora se incluyen más rampas de lanzamiento para misiones tripuladas y para el Falcon Heavy, pero aún no han terminado los trabajos. Por eso la misma rampa que vio tantos lanzamientos del transbordador espacial de la NASA acoge una vez más el vuelo de una nave alada al espacio.

El cohete de dos etapas y media alzó el vuelo al principio de la ventana de lanzamiento de 10 minutos de duración. Encontrar el X37-B en órbita es relativamente fácil, pero la tarea se complica un poco si se tienen todos los datos de lanzamiento. Aún así se pueden inferir algunas cosas debido al perfil de recuperación del cohete. Además, se sabía que la competición por obtener el contrato era entre el ganador y el Delta IV Heavy de United Launch Alliance.

Es reseñable el retraso de dos semanas sobre la fecha prevista originalmente primero por inclemencias meteorológicas y después por problemas del lanzador. Originalmente el lanzamiento estaba previsto para el día 15, pero este tipo de problemas son normales en un cohete aún poco maduro como el Falcon heavy. A lo cual hay que sumar que se trata de una carga nueva y poco convencional además de delicada.

Instantanea del momento en que el Falcon Heavy rebasa la torre de lanzamiento del complejo LC 39A. Fuente: SpaceX

La misión aprovecha una buena parte de la capacidad de carga del lanzador. El Falcon Heavy está diseñado para recuperar sus tres cohetes aceleradores que actúan como primera etapa y media. Sin embargo, en este caso la etapa central propulsó el cohete hasta quedarse sin propelentes imposibilitando su aterrizaje y reutilización. El tiempo exacto de la propulsión es desconocido ya que siguiendo su política habitual una vez la segunda etapa se ha separado del booster central la transmisión ha dejado de mostrarnos el lanzamiento. A cambio hemos vuelto a tener las siempre espectaculares imágenes del aterrizaje coordinado de los dos aceleradores laterales. Estos ya habían sido utilizados con anterioridad, específicamente cuatro veces cada uno, en las últimas cuatro misiones del cohete.

Con este último lanzamiento vemos al fin el año de la consolidación de este cohete. Uno de los problemas que había afrontado el Falcon Heavy era la absoluta falta de cargas que lo requieran. Ahora, los lanzamientos para la NASA, los contratos militares y algún lanzamiento comercial esporádico amplían su cartera de clientes. Solo en 2023 ha volado en cinco ocasiones, incluyendo esta, una más que todos los años anteriores (en 2019 se declaró operativo) juntos.

Imagen del X-37B antes de su lanzamiento en mayo de 2020. Fuente: Fuerza Espacial de Estados Unidos.

La gran incógnita del vuelo

En realidad, pese a que este subtitular esté en singular, aparte de las habituales preguntas cuando un X37-B alza el vuelo en esta ocasión hay más. ¿Por qué en el anterior vuelo se mencionaron las cargas transportadas y en este no? ¿Habrá modificaciones en la nave que exijan un lanzador mucho más potente? ¿Volará a una órbita más alta? ¿Son útiles las reducidas alas del avión en una órbita que no sea estrictamente baja terrestre?

Pero la principal es por supuesto la relativa al cohete. Sin embargo, no sabemos el motivo, tardaremos unas dos semanas en tener confirmación de su nueva órbita, que arrojará luz. Por el momento los análisis realizados sobre las alertas navales hablan de una posible maniobra de cambio de plano (muy demandante energéticamente). Estos mismos análisis hablan que se insertó en una órbita altamente elíptica, también llamada de tipo HEO. Implicaría un apogeo de cerca o más de 36 000 kilómetros, mientras que su perigeo sería mucho menor, del en torno de los 200 a 400 kilómetros, aunque puede ascender con el paso del tiempo.

Si como ha hecho las últimas seis veces que el X-37B ha volado al espacio rompe el récord de permanencia en el mismo no lo veremos regresar hasta 2027 o más allá. La órbita escogida finalmente ayudará a determinar si esta es una misión más o no. Pero a priori se trata del cambio más grande sufrido por el programa desde su transferencia de la NASA al ejército.

Martín Morala Andrés