Enrique Sacristán
En Narsarsuaq, al sur de Groenlandia, se ultiman los preparativos de la expedición SOS Artic 2022, que el 5 de mayo partirá desde un glaciar próximo. Hasta allí viajarán en helicóptero los seis miembros de esta expedición, liderada por Ramón Larramendi, creador de un Trineo de Viento con el que ya se han realizado diez travesías polares, tanto en la Antártida como en el Ártico.
Aunque se ha ido actualizando desde 1999, se trata del primer vehículo eólico movido por cometas, que aportan una energía eficiente sin emitir contaminantes a la atmósfera. También emplea placas solares para mantener activos los equipos de investigación.
“Lo que fue un proyecto de aventura, desde hace años ha pasado a ser una plataforma móvil cero emisiones para la investigación polar, puesta a disposición de la comunidad internacional para realizarla de un modo mucho más sostenible”, apunta Larramendi.
En línea con los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por Naciones Unidas, una tarea que confirmará la polarista y ambientalista Begoña Hernández, este viaje estará enfocado a la investigación científica y la divulgación de los efectos del cambio climático en entornos polares. Se estima que dure entre tres o cuatro semanas, dependiendo de las condiciones meteorológicas.
La otra mujer de la expedición, Lucía Hortal, astrobióloga y responsable científica de la expedición, presenta al resto del equipo: “Carlos Pitarch, un experimentado alpinista que ha ascendido a dos ochomiles, fotógrafo y cámara oficial de la expedición; Markus Tobía, polarista y alpinista con gran experiencia en montaña y en el Ártico, nuestro experto multiusos; y Juan Manuel Sotillos, periodista especializado en viajes y aventuras polares, principal comunicador del proyecto”.
Hitos de la expedición 11
Además de llevar por primera vez seis ocupantes –hasta ahora habían sido un máximo de cinco–, el nuevo viaje del Trineo de Viento polar cumplirá varios hitos: por primera vez se va a probar una gran cometa de 250 metros cuadrados, el peso del vehículo superará los 2.200 kg –muy por encima de los 1.900 kg anteriores– y la ruta transcurrirá a lo largo de unos 1.500 km de oeste a este, lo que supone todo un reto porque los vientos en Groenlandia cruzarla en sentido contrario.