Retrata atardeceres mágicos, incluso románticos. La naturaleza, fusionada en la luna, el mar y las nubes, con ese gusto especial por el tono rosado, a veces inquietante.
Los tono púrpuras del atardecer dan mucho juego, permiten acentuar la belleza de la composición. Sin duda un trabajo elegante y original.
Las referencias a Magritte, uno de los máximos exponentes del surrealismo, no son casualidad.
La sensibilidad de Matías aporta un toque de cuento de hadas y delicadeza a los paisajes. Una unión entre naturaleza y percepción que se puede disfrutar a través de su primer libro de fotografía, recientemente publicado: For a little while.