No, lo que se veía no era la cara de un marciano.
Si alguna vez has creído ver una cara en algo que no la tiene, no estás loco. La ciencia tiene una explicación para esto: se llama pareidolia. Además de una bonita palabra de origen griego, la pareidolia es un fenómeno psicólogico en el que percibimos una forma reconocible en objetos como un monte de Marte o las nubes.
Se trata de un atajo mental fruto de nuestra evolución: para ahorrar esfuerzos y atención, nuestra mente busca patrones conocidos en todas partes, y a veces cree encontrarlos donde no los hay.