Las islas de Hawái son de gran interés para los astrónomos, gracias a su privilegiada posición y condiciones atmosféricas. Por esto se han instalado varios observatorios y telescopios en sus cumbres. El telescopio solar Inouye o DKIST es el más poderoso de su tipo, ofreciendo resoluciones de hasta 12 kilómetros por píxel. Gracias a la óptica adaptativa este es capaz de ofrecernos increíbles imágenes de la superficie solar.
La superficie solar
El Sol es una enorme esfera de plasma. Es rica en hidrógeno, el cual emplea en su núcleo para procesos de fusión nuclear y generar la gran mayoría de la energía que hace posible la vida en la Tierra. Mientras en el interior las temperaturas alcanzan cientos de miles de grados centígrados, la superficie se encuentra en promedio a 6 000 grados. Donde aparecen procesos de la magnetohidrodinámica, es decir, el movimiento de fluidos de alta temperatura bajo una fuerte influencia de campos magnéticos.
A lo largo de los diferentes ciclos solares, nuestra estrella muestra fluctuaciones en su comportamiento. Cuando este es mayor aparecen zonas de menor temperatura, y por contraste oscuras, llamadas manchas solares. A su vez, estas son regiones de una intensa actividad magnética, capaces de alcanzar hasta 12 000 kilómetros de diámetro.
Zoom solar
La primera fotografía muestra un área cuadrada de 32 720 kilómetros de lado de células de convención alrededor de una mancha solar. La gran resolución permite observar el fenómeno conocido como un puente. En las regiones cercanas se logran ver celdas de convección, de las cuales sale plasma caliente, se enfría y vuelve a caer hacia debajo de la superficie. En algunos casos este flujo de material surge por encima de la umbra o zona más oscura de una mancha solar, asemejándose a un puente. Estas complejas estructuras son indicios de la decadencia de la región y una estabilización en el campo magnético.
A diferencia de las manchas solares, donde hay mayor actividad y perturbaciones, esta imagen nos muestra un sector cuadrado de 32 720 kilómetros de lado en calma. Los finos detalles de la fotosfera o superficie son claramente apreciables. Así como las burbujas convectivas, donde el plasma caliente sale en las zonas más brillantes y caen en las más oscuras, gracias a la interacción con el campo magnético.
Acercamiento a la umbra y penumbra de una mancha solar, donde se aprecian las finas estructuras que se forman en la región. Las largas formas son conocidas como filamentos penumbrales.
En una colaboración con la sonda espacial Solar Orbiter de la ESA se capturó esta fotografía que revela la naturaleza fibrosa de la atmósfera solar. La cual es manchada por delgados filamentos oscuros de plasma emanando de la del campo magnético inferior.
Estudiando el Sol para conocer la Tierra
Gracias a sondas como Parker, Solar Orbiter, SOHO, entre otras y observatorios terrestres podemos entender mejor la relación entre las manchas y llamaradas solares. Estas últimas son una gran amenaza para la red eléctrica y los satélites en órbita. De los cuales cada día dependemos más y un fallo a gran escala puede costar miles de vidas humanas.