A lo largo de la historia se han conseguido fascinantes imágenes del sistema comprendido por Júpiter y sus lunas. Sin embargo, hay una gran cantidad de otros procesos que requieren de otros métodos para poder ser apreciados. Las ondas de radio o las fluctuaciones en el plasma medidas por sondas pueden ser consideradas como análogas al sonido, permitiendo a través de una simple conversión escuchar el entorno.
Planetas supersónicos
El Sol constantemente está eyectando gran cantidad de partículas cargadas a gran velocidad en todas las direcciones. Los planetas al moverse en este medio crean un efecto similar al de un avión supersónico viajando en la atmósfera terrestre, generando una onda de choque. En su acercamiento a Júpiter, la sonda Voyager 1 logró registrar su paso a través del boom sónico.
Plasma joviano
Júpiter cuenta con la mayor de las magnetosferas de los planetas del sistema solar. Esta interactúa con el viento solar y genera diferentes flujos de electrones. La sonda Voyager 2 registró las detecciones de estas partículas y según su densidad se asignó una frecuencia, combinada con la intensidad del campo magnético fue posible obtener una dulce melodía.
Silbido de una tormenta
Los relámpagos en la atmósfera, bien sea en Júpiter o en la Tierra, emiten un silbido en una banda de espectro electromagnético. Las ondas salen en dirección contraria al planeta y dependiendo de su frecuencia pueden tardar más en alcanzar el plasma. Cuando la Voyager 1 viajaba en la magnetosfera logró medir este fenómeno, quedando registrado como un suave silbido.