La sonda solar Parker de la NASA es una compleja misión con el objetivo de estudiar la superficie y atmósfera del Sol tan cerca como sea posible. Aprovecha mediciones de variables locales para ayudar a comprender mejor la extraña dinámica entre el polvo interplanetario y el viento solar, así como sus implicaciones en el planeta. El pasado 5 de septiembre la nave fue impactada por una enorme eyección de masa coronal, de la cual logró salir ilesa y enviar increíbles imágenes.
La composición del vacío
Se piensa en el espacio que separa a los planetas como un vacío perfecto, con total ausencia de cualquier tipo de materia, pero la realidad es mucho más interesante. Aunque la densidad de partículas es muy baja, todavía hay una fuerte presencia del llamado polvo interplanetario. Materiales sobrantes de la formación del sistema solar que flotan libremente. Además, es constantemente alimentado y renovado por las eyecciones masa coronal del Sol.
Debido a colosales fluctuaciones en el campo magnético del Sol, se producen eventos de eyección de cientos de toneladas de material cargado a enormes velocidades. Las cuales en caso de llegar a la Tierra con suficiente energía podrían afectar gravemente o destruir la red eléctrica del planeta. Por esto se han creado varias iniciativas de exploración solar para crear un sistema de alerta temprana y minimizar los daños de un evento de tal magnitud.
Nadando en plasma
El 5 de septiembre, la Sonda Parker fue impactada por una de las eyecciones de masa coronal más poderosas registradas hasta la fecha. Aunque para otras misiones podría suponer grandes afectaciones, esta fue una increíble oportunidad para poner a prueba una hipótesis de más de 20 años y demostrar la magnífica resistencia de la nave, al lograr sumergirse y salir de la llamarada que alcanza los millones de grados Celsius.
En 2003, los investigadores deseaban conocer la interacción entre el polvo interplanetario y el viento solar, pudiendo ser un punto clave para predecir las eyecciones de masa coronal.
Parker observó y registró la densidad del material antes, durante y después del evento. El viento solar arrastró como una aspiradora todo el polvo interplanetario, dejando un gran vacío que sería rápidamente rellenado con más partículas de los alrededores. Además, ofreció mediciones que no podrían ser conseguidas de ninguna otra forma.
Debido a la capacidad del polvo para reflejar luz, el instrumento WISPR capturó diferentes fotogramas del evento. Posteriormente, se comparó el brillo medio de las imágenes de la misma región en diferentes órbitas.
Desvelando los misterios del Sol
Conocer con detalle la dinámica del viento solar permite a los investigadores entender mejor su relación otros fenómenos que ocurren en la parte inferior de la corona. Como la atenuación causada por áreas de baja densidad que aparecen después de las llamaradas solares. Todavía son necesarias más observaciones para tener un panorama completo de estas interacciones y su relevancia en el clima espacial.