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Empecemos con la noticia, quizá que menos nos guste. La Unión Europea, había llegado a la cita con una única gran solicitud, necesitaban de más de 800 millones de euros de la agencia espacial para construir una red de telecomunicaciones vía satélite segura.
Esta imposición venía después de que el Parlamente Europeo autorizará más de dos mil millones de euros de los presupuestos comunitarios para este fin. No estamos de acuerdo con que la ESA sea usada para financiar un proyecto de carácter marcadamente militar, aunque entendemos que en el complejo proceso de retorno de la inversión en el que se asienta la ESA, es complicado que esta se hubiera negado a ello. En cualquier caso, pese a ser una cantidad considerable de dinero, al final permite que la inversión de la UE en el espacio no decaiga y que nuevas misiones vean la luz, por lo que pese a no ser plato de buen gusto, es un sacrificio asumible.
Pero esta ha sido la única nota aparte que nos ha dejado un poco fríos. Quizá la mayor sorpresa positiva por nuestra parte ha sido la noticia del desarrollo de una plataforma de aterrizaje para el rover Rosalind Franklin.
Aprovechando aquí me gustaría hacer un inciso para apuntar que los británicos han sabido moverse como pez en el agua durante esta reunión. La delegación de Reino Unido ha logrado todos sus objetivos, así que mi enhorabuena, aunque sin esconder un punto de envidia por el buen trabajo realizado.
Esta plataforma de aterrizaje para Rosalind ha supuesto una sorpresa porque, aunque estaba en las cábalas, nos parecía raro que la ESA se embarcase en este proyecto sola. Finalmente, tendrán algo de apoyo técnico y financiero de la NASA, pero no por ello va a dejar de ser una de las grandes sorpresas de la reunión en la redacción. Muy positiva por otro lado.
En febrero, la sombra que se cernía sobre las malditas misiones exo mars era más oscura que nunca, ya con todos los sistemas listos para su integración y lanzamiento, la invasión de Ucrania por parte de Rusia frustró el lanzamiento de la 2ª parte de Exo Mars. Además, esta ya había acumulado un retraso monumental por culpa de distintos factores especialmente los económicos.
Desde esos trágicos días de febrero se ha estado debatiendo que hacer con el rover, ya construido, había supuesto un sumidero de fondos desde finales de los noventa. ¿Se abandonaría el proyecto y se entregaría un vehículo de exploración marciano completo a un museo? Finalmente, se ha optado por la solución más cara aunque técnicamente sea probablemente la más segura.
Desde luego consideramos un éxito el lanzamiento, ahora previsto para finales de esta década de Exo Mars aunque también queremos señalar que se ha perdido una buena oportunidad de colaboración internacional donde Europa hubiera ahorrado para otras cuestiones.
Aunque como españoles la mejor noticia que hemos podido sacar de la cumbre ministerial ha sido la inclusión de Pablo Álvarez Fernández en el cuerpo de astronautas de la ESA. Tan reseñable como el papel de Sara García Alonso, aunque esta solo ha logrado quedar en la reserva de astronautas. Una nueva posición cuyas características no están claras, así como las posibilidades de que estos viajen al espacio en algún momento. Desde este medio, creemos que sus posibilidades de volar son medianamente altas, en torno al 60%, pero falta saber como se van a producir los cambios en la Estación Espacial internacional a partir de 2030 y muchos otros detalles para saber que sucederá con ellos.
En cualquier caso, posiblemente nada de esto hubiera sido posible sin los aumentos en I+D lanzados por el actual gobierno, especialmente significativos en la ESA, donde en cinco años hemos aumentado nuestra participación casi un 50%.
Seguiremos con atención como esto se traslada a la nueva Agencia Espacial Española. Aunque por el momento pocos buenos augurios hay sobre esta.