La fotografía espacial inédita donde un satélite Starlink se cuela en plena base aérea secreta china

Imagen de un satélite Starshield desde el espacio

Un satélite de comunicaciones Starlink de SpaceX ha aparecido de forma inesperada en una imagen de la base aérea de Dingxin, en el desierto de Gobi (China). La captura fue realizada por uno de los satélites de observación terrestre WorldView Legion, operados por la empresa estadounidense Maxar Technologies.

La instantánea muestra la pista de la instalación militar, considerada una de las más secretas de China, con varios cazas estacionados junto a la pista y rodeados por el terreno árido característico de la región. En la esquina superior izquierda de la foto se aprecia una forma alargada y brillante: se trata del satélite Starlink número 33 828, cuya presencia generó efectos visuales poco habituales.

Un satélite Starlink capturado sobrevolando la secreta base aérea de Dingxin en China el 21 de agosto de 2025 por uno de los satélites de observación terrestre WorldView Legion operados por la empresa estadounidense Maxar Technologies. (Crédito de la imagen: Maxar Technologies)

Un efecto visual convertido en “arte accidental”

La imagen presenta reflejos de colores similares a un arcoíris sobre el terreno. Según explicó Susanne Hake, directora general de Maxar para el gobierno de EE. UU., se trata de un “artefacto espectral de fusión de imágenes” ocasionado por la velocidad a la que ambos satélites se cruzaron: alrededor de 8 kilómetros por segundo.

El sistema de Maxar combina datos en blanco y negro de alta resolución con información en color. Al coincidir con el paso del satélite de SpaceX a velocidad orbital, la fusión de datos provocó estas curiosas distorsiones cromáticas. Hake destacó en su LinkedIn: “La física convirtió un desafío técnico de imagen en arte accidental”.

Aunque el episodio subraya lo congestionado que está el espacio cercano a la Tierra, la experta insistió en que este tipo de coincidencias son muy poco frecuentes y no representan un riesgo inmediato para la calidad de las observaciones ni para la seguridad.

Un cielo cada vez más saturado de satélites

Elon Musk, a través de SpaceX, ha desplegado hasta la fecha más de 8 300 satélites activos de la constelación Starlink. Este número crece rápidamente y genera preocupación entre astrónomos y expertos en sostenibilidad espacial.

Los satélites de la mega constelación reflejan la luz solar, dejando trazos en las imágenes astronómicas. Esto supone un problema para observatorios de gran campo como el Vera Rubin en Chile, que capturan amplias regiones del cielo y registran inevitablemente múltiples satélites en cada toma.

Además, las emisiones electrónicas de los Starlink pueden interferir en las observaciones de radiotelescopios, incluso cuando los haces de internet dirigidos a la Tierra están desactivados. Esto provoca la pérdida de valiosas frecuencias usadas para estudiar señales de galaxias distantes.

El aumento del número de satélites en órbita baja preocupa cada vez más a los especialistas en seguridad espacial. Aunque los encuentros fortuitos como el ocurrido en Dingxin todavía no dificultan la labor de operadores como Maxar, el riesgo de colisiones y de interferencias operativas crecerá en los próximos años.

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