Hay que tener en cuenta, de todos modos, que el hecho de que algunos animales muestren una senectud insignificante no significa que sean inmortales: su riesgo de muerte no aumenta con la edad, pero sigue siendo mayor que cero.
“Aunque al encontrarse en zoológicos y acuarios estos animales no están expuestos a ciertas causas de muerte potenciales, todos ellos morirán en algún momento debido a causas inevitables, como enfermedades”, subraya.
Reptiles y anfibios que viven en libertad
De la misma manera, los autores del segundo estudio documentan cómo varios animales tienen tasas de envejecimiento particularmente bajas; además de las tortugas, también cocodrilos, salamandras y sapos, entre otros.
“Suena muy drástico decir que no envejecen en absoluto pero, básicamente, una vez que han dejado de reproducirse su probabilidad de morir no cambia con la edad”, puntualiza Beth Reinke, investigadora en la Northeastern Illinois University y primera autora de este trabajo.
El objetivo de esta investigación fue analizar la diferencia en envejecimiento y longevidad entre ectotermos y endotermos (animales de sangre caliente) que viven en libertad.
En los animales ectotermos, la temperatura corporal varía según la externa (ambiental); son ejemplos los reptiles y la mayoría de los peces. Los endotermos, en cambio, como los humanos y todos los mamíferos, generan internamente su propio calor y, de esta manera, regulan su temperatura corporal independientemente de cuál sea la del ambiente externo.