Después de varios intentos frustrados, incluso uno en el último segundo y con el motor en marcha hoy ha llegado el gran día. Tras unos pequeños incidentes el vuelo se retrasó a las 02:19 hora local. En ese momento el único Teprel B del cohete cobró vida.
Superando el último aborto se liberaron todos los sistemas umbilicales. En apenas 60 segundos el cohete entró en régimen transónico. Para inmediatamente después romper la barrera del sonido.
Poco después de superar Mach 1 se alcanzó el momento más crítico de la misión al alcanzar el punto de máxima presión aerodinámica. Este se superó sin mayores incidencias manteniendo siempre control de sobre el guiado, la navegación y el control. Una de las partes más críticas que se buscaban comprobar en este lanzamiento.
A más de 20 kilómetros de altura el Teprel B había cumplido su función y se apagó tras agotar el combustible. A partir de este momento, el cohete volaba por pura inercia hasta los 80 kilómetros de altura que era el apogeo designado.
Antes de llegar a este punto del vuelo se abrieron las compuertas de la cofia. Dentro de esta volaban varias decenas de fotografías de empleados de la compañía que actuaban como indicador de gravedad 0.
En este vuelo suborbital además de las fotografías había varias cargas de pago que esperan ser recuperadas de alta mar. Sin embargo, al poco de iniciar el descenso las empresa dejó de informar sobre el estado del cohete.
Un avión del ejército del aire C-295, dos barcos de la empresa y todos los sistemas infrarrojos de la instalación de lanzamiento del INTA en El Arenosillo habrán seguido el descenso. En cualquier caso, no se tardará en conocer el destino final del cohete, si ha podido ser recuperado o no.
Actualización
El vuelo ha tenido una duración de 306 segundos en los que MIURA 1 ha alcanzado un apogeo de 46 kilómetros de altura. La misión ha concluido con el amerizaje del lanzador en el océano Atlántico y el equipo de PLD Space procederá a las labores de recuperación en las próximas horas.
El lanzamiento también ha servido para someter a condiciones de microgravedad un dispositivo tecnológico del Centro de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad alemán (ZARM), que aplicará toda la información obtenida durante el vuelo para realizar futuros experimentos.