Datos de la NASA confirman las peores noticias para la mayor reserva ecológica de Europa

Doñana, es la mayor reserva ecológica de Europa. Situada en el sur de España, es un punto de paso clave en multitud de aves migratorias. Además de alojar a una de las especies en mayor peligro de extinción del viejo continente, el lince ibérico.

Resumen de los datos obtenidos. Fuente: Estación Biológica de Doñana

Que Doñana se seca es algo que se lleva alertando durante multitud años. Ahora, un estudio realizado por la estación biológica de Doñana empleando datos de la NASA lo confirma. Para el paper publicado se utilizó imágenes de los satélites Landsat comprendidas entre los años 1985 y 2018. Con ellos se cuantificó la duración y la extensión de las inundaciones en trescientos dieciséis estanques del parque.

Después de tomar las medidas de la extensión, incluyeron variables destinadas a cuantificar qué parte del daño se había producido por el cambio climático, con valores como la temperatura o por acción humana. Para ellos incluyeron otros factores como la cantidad de agua dedicada a agricultura.

Las conclusiones son alarmantes:

  • Casi el sesenta por ciento de los estanques se han secado.
  • El ochenta y tres por ciento de las zonas inundables se inundan menos terreno y menos tiempo de lo que es achacable al clima.

Destaca el pozo negro que es la ciudad vacacional de Matalascañas. Esta, nacida en los años 70 al calor de los turistas que llenaban y llenan las paradisiacas playas de la zona se nutre de agua del mismo acuífero que el Parque Nacional.

Y aquí radica el problema de la desecación de Doñana. La zona que legalmente se considera protegida es solo una quinta parte del espacio en el que se extiende el acuífero. Esto hace que las plantaciones de la zona, muchas de ellas con una demanda de agua absurdamente alta, teniendo en cuenta la disponibilidad real de la misma. La propia ciudad de Matalascañas que incluso mantuvo abierto un campo de golf durante 17 años. Todo se nutre de esta fuente de agua subterránea, que se está secando. Un descenso en el nivel freático obliga además a replantear la vida en la ciudad y en las plantaciones, porque obliga a usar bombas de mayor potencia para la extracción.

Y esto es solo el impacto en humanos, el daño biológico y medioambiental ya se está produciendo. Este año se ha observado un descenso más notable que en años anteriores en el número de aves migratorias que anidaban en la zona. Aparentemente, algunas se están trasladando a la albufera de Valencia.

Referencia: Thirty-four years of Landsat monitoring reveal long-term effects of groundwater abstractions on a World Heritage Site wetland

Martín Morala Andrés