Aterrizar fuera de la Tierra: historia de la exploración espacial

Junto con el inicio de la carrera espacial se iniciaba una serie de numerosas misiones rumbo a explorar más allá de órbita terrestre. Partiendo con la Luna y buscando cada vez más lejos; Marte, Venus, Júpiter, etc., la humanidad ha alcanzado una gran cantidad de objetivos en todo el Sistema Solar y aquí está una lista de aquellos en los que se ha conseguido al menos un aterrizaje.

Diagrama de varias de las sondas más importantes que han abandonado la órbita terrestre y sus destinos.

Cabe mencionar que aterrizar se refiere a posarse suavemente sobre una superficie sólida y no es exclusivo del planeta Tierra. Por ende, términos como alunizar, amartizar o semejantes son intercambiables con aterrizar, a pesar de en realidad no ser voces asentadas en el español.

El primer destino

Como no puede ser de otra forma, aquel primer cuerpo visitado por objetos hechos por la humanidad es nuestro satélite natural, la Luna. Siendo sobrevolada por primera vez por la sonda soviética Mechta o Luna 1, actuando como el inicio de decenas de otras misiones que apuntarían hacia aquel astro. Pocos años después, y varios impactores que chocarían a gran velocidad, Luna 9 se convirtió en el primer alunizador, al lograr aterrizar exitosamente, desplegar instrumentos y retransmitir imágenes desde la superficie.

Primera fotografía de la Luna tomada desde la superficie en el océano de las tormentas. Fue capturada por la sonda Luna 9 en 1966 al conseguir el primer aterrizaje suave y exitoso.

Entre 1966 y 1976, un total de 19 sondas lograron victoriosamente aterrizar en la Luna. De las cuales, trece fueron tripuladas; Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17, permitiendo a doce hombres caminar por su superficie, y las trece restantes no tripuladas. De estas últimas fueron las misiones Luna 9, 13, 16, 17, 20, 21, 23 y 24 por parte de la Unión Soviética y Surveyor 1, 3, 5, 6 y 7 por parte de Estados Unidos.

Panorama lunar tomado durante la misión Apolo 17, en medio aparece un astronauta junto con el rover lunar.

El regreso a la Luna

No fue hasta la sonda china Chang’e 3 que por primera vez en 37 años; desde el alunizaje de la Luna 24, que se lograba regresar a la superficie lunar. A ella le siguieron Chang’e 4 y 5, siendo esta última la más reciente al alcanzar nuestro satélite natural en 2020. Además, gracias al orbitador Chandrayaan-2 y LRO hay imágenes satelitales de todas las misiones previamente mencionadas.

Junto a algunos alunizadores se llevaron una serie de vehículos autónomos que eran desplegados una vez en la superficie, como son el LRV (Lunar Rover Vehicle); de las Apolo 15, 16 y 17, Lunokhod 1 y 2; de Luna 17 y 21, respectivamente, y Yutu 1 y 2; de Chang’e 3 y 4, respectivamente.

Venus: el infernal mellizo de la Tierra

El siguiente paso, tras haber logrado alcanzar la Luna, era el de buscar visitar otros planetas. Aquí ya la mecánica orbital juega un papel importante y limita las fechas en las cuales se pueden realizar lanzamientos. Teniendo esto en cuenta es más fácil acercarse a Venus que a Marte, dado que en el primero se pueden hacer más intentos de enviar sondas.

Recopilación de todas las fotos que se han tomado desde la superficie de Venus con sus respectivas etiquetas de la sonda que las tomó.

Y efectivamente así fue, Venus se convirtió en el primer planeta en ser visitado por un objeto fabricado por la humanidad. En 1970 la sonda soviética Venera 7, tras una herencia de varios intentos fallidos de aterrizajes, finalmente consiguió ser la primera misión en alcanzar la superficie de Venus.

Posteriormente, fue seguida por las Venera 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14. Junto con el regreso del Halley se enviaron 2 sondas; Vega 1 y 2, que deseaban poder observarlo de cerca, pero para alcanzar su destino sobrevolarían Venus y desplegarían un aterrizador, los cuales a su vez liberarían un globo atmosférico a 50 kilómetros de altura.  

Marte: el consentido de las agencias espaciales

Paralelamente con Venus se estaba iniciando la exploración de quien ahora es uno de los “consentidos” de las agencias espaciales. Marte es un destino increíblemente interesante, pero al cual solo se puede viajar de forma óptima una vez cada 2 años y 2 meses, y por esto fue necesario más tiempo para perfeccionar las maniobras y conseguir un aterrizaje exitoso.

Aquí igualmente la Unión Soviética, en su época dorada, daría el primer paso al lanzar a la misión Mars 3, comprendida por un orbitador y un Rover. El aterrizador logró alcanzar la superficie suavemente, pero antes poder desplegar a Prop-M se perdió comunicación con la sonda. Siguientes intentos del programa Mars fracasarían, dando fin al programa.

Primera fotografía tomada desde la superficie de Marte poco después del amartizaje de Viking 1.

Finalmente, Estados Unidos, con las Viking 1 y 2 lograría amartizar suavemente y daría paso a la primera misión exitosa en la superficie marciana. No sería hasta 1996; 20 años después de las anteriores, que se intentaría nuevamente un aterrizaje, llevando así a la sonda Pathfinder y el rover Sojourner a un descenso victorioso y nuevos estudios del planeta rojo.

La nueva era de exploración marciana

Otros aterrizadores que no se moverían una vez toquen suelo son Mars Polar Lander, Phoenix e InSight, este último permaneciendo en servicio actualmente. Como mención especial está Beagle 2, quien logró descender exitosamente, pero fracasó desplegando sus paneles solares y finalmente se perdió toda comunicación.

Siguiendo la línea de los rovers, a Sojourner le siguió los gemelos Spirit y Opportunity, ambos lanzados en la misma ventana de lanzamiento y con misiones exitosas. Más adelante llegaría Curiosity, mucho más grande que cualquier otra sonda previa y empleando energía nuclear para mantenerse activo. En la ventana de 2020 paralelamente salieron 2 rovers, Mars 2020 (Perseverance e Ingenuity), de EE. UU., y Zhurong a bordo de Tianwen-1, de China.

Sistema solar exterior

Cuando hablamos de los cuatro gigantes que comprenden el sistema solar exterior, hace falta recordar la ausencia de una superficie sólida sobre la cual posarse y poder aterrizar. Aunque se intente ingresar a la atmosfera de los planetas, llegará un punto en el cual la presión será tan grande que aplastaría por completo la estructura.

Por otro lado, aún quedan las lunas que orbitan a los gigantes para poder aterrizar. A bordo de la misión Cassini había un compañero, la sonda Huygens, quien lleva el récord del aterrizaje más lejano de la Tierra hasta la fecha. Usando de paracaídas aprovechó la densa atmosfera para frenarse y poder posarse suavemente.

Cometas y asteroides

Varias sondas realizaron sobrevuelo de asteroides, otras daban un paso más allá y los orbitaban, pero hasta 2001, con NEAR Shoemaker ninguna nave había conseguido aterrizar en uno. Una vez terminada la misión se realizó un descenso improvisado y mantuvo comunicación por cerca de 16 días.

Cerca de 4 años después, Hayabusa, en un intento de recolección de muestras, aterrizaría accidentalmente en Itokawa. Su sucesora, Hayabusa 2, desplegaría exitosamente tres rovers que estudiarían a Ryugu de cerca, permitiendo en una sola misión a tres vehículos visitar la superficie; HIBOU, OWL y MASCOT.

Por último, pero no menos importante, la sonda japonesa Rosetta desplegó el aterrizador Philae, el cual consiguió descender suavemente a pesar de ciertos fallos y haber rebotado varias veces al no lograr anclarse al cometa Churyumov–Gerasimenko, sin embargo, cayó en una zona de sombra y se perdió comunicación poco tiempo después.

Todas las misiones mencionadas previamente son solo una pequeña muestra de la gran capacidad de la humanidad de superar los grandes retos que supone la exploración espacial. También de la resiliencia y perseverancia, pues en el inicio de las visitas a otros cuerpos celestes estaba plagado por decenas de fallos hasta finalmente conseguir alguna que salga exitosa. En los próximos años escucharemos de más naves en estos mundos y aterrizaje en nuevos.

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