El sucesor del transbordador espacial tiene acento índio: ISRO mira al futuro
12/01/2025 Martín Morala AndrésEl ISRO es una agencia espacial poco conocida debido especialmente a su mala política de relaciones públicas. Sin embargo, esto no debe impedir ver el panorama general ya que se trata de un actor muy relevante y con grandes perspectivas de futuro. De hecho, este año 2025 va a ser la agencia pública que lance las misiones más interesantes.
Introducción
El ISRO (Indian Space Research Organization) es la agencia espacial de la India. Esta dispone de instalaciones de todo tipo repartidas a lo largo y ancho de todo el territorio de la India.
Entre estas instalaciones destacan sobre todo el centro de entrenamiento de astronautas y un complejo de antenas dedicadas a la comunicación con naves en el espacio profundo. Pese a que el ISRO en este momento solo opere una misión más allá de la esfera de influencia de la Tierra. Chandrayaan 2 compartió brevemente la Luna con su sucesora, pero vuelve a ser la misión insignia de la agencia india. Al menos hasta que despegue en los próximos años LUPEX, una colaboración con la agencia espacial japonesa JAXA. Y también están avanzando su desarrollo Chandrayaan 4 (hay informaciones razonablemente fiables sobre trabajos iniciales de la 5 también) y Sukrayaan 1, la primera misión a Venus del país.
En caso de querer ampliar la información al respecto del programa lunar (Chandra significa luna en sánscrito) recomendaría tener cuidado. Existe cierto caos nominativo ya que algunas fuentes hablan de Lupex como Chandrayaan 4, siendo esto, según la versión oficial del ISRO en estos momentos, falso.
El ISRO sufrió duramente la pandemia de 2020, los retrasos fueron tan importantes que desde enero de 2020 hasta enero de 2022 únicamente se realizaron cuatro lanzamientos. Para empeorar la estadística uno de ellos resultó en la pérdida total del cohete y la carga. Esto se debió a una falla que indujo la no ignición del motor de la tercera etapa, ha dado al traste con una muy buena tasa de aciertos, al menos para los estándares que había logrado alcanzar el ISRO.
Desde enero de 2019 hasta enero de 2020 el ISRO lanzó seis misiones todas ellas exitosas. Para encontrar un fallo anterior al del EOS-02 hay que remontarse al 2017 en el mismo vehículo lanzador, un GSLV MK2.
Y desde enero de 2023 hasta enero de 2025 lanzaron doce misiones, todas exitosas además.
Pero no fue solo la reducción de vuelos y lanzamientos en general, si no que afectó a misiones críticas para el ISRO. Estas han sido la Chandrayaan 3, la Mangalyaan 2, y sobre todo la misión no tripulada de la Gaganyaan, la cápsula tripulada que lleva desarrollando desde 2006 basada en la Soyuz. Otros proyectos como el satélite NISAR, el telescopio espacial Aditya-L1 o la sonda Shukrayaan han sufrido más retrasos debido a este mismo problema. Aún a día de hoy solo Chandrayaan 3 y Aditya han despegado, con Sukrayaan y Mangalyaan 2 como los principales damnificados y fechas de lanzamiento demasiado distantes como para tenerlas en cuenta.
Instalaciones terrestres
El ISRO opera varios tipos de sedes, algunas técnicas, otras de investigación, de desarrollo, de descarga de datos, de lanzamiento y para pruebas.
Su sede principal es el Vikram Sharabhai Space Center (VSSC). Este centro está encargado del diseño y desarrollo de los cohetes del ISRO, de aquí han salido los SSLV, PSLV, GSLV MK1/2 y GSLV MK3 que actualmente opera el ISRO así como el futuro RLV. El actual director del ISRO, Sreedhara Panicker Somanath, dirigió este centro antes de su ascenso a director general de la agencia. Su nombre se debe al padre del programa espacial indio y primer director de la agencia, Vikram Ambalal Sarabhai.
Otra relevante instalación del ISRO pero que no tiene centro propio y su dirección está al cargo del centro ISTRAC es el IDSN, siglas en inglés, de red de espacio profundo indio. Creado a imagen de las instalaciones del DSN estadounidense o el ESTRACK europeo. Este complejo de antenas permite a la India comunicarse con sus misiones de espacio profundo.
Formado por tres antenas principales, la más grande de 32 metros de diámetro, la mediana de 18 metros y la más pequeña de 11, además de varias antenas menores más para comunicarse con satélites terrestres.
El transbordador espacial indio
Desde que la NASA presentó su mítico transbordador espacial, han aparecido muchos proyectos alrededor de todo el mundo que buscan imitar este diseño de cohete que regresa a tierra como un avión.
Los que más lejos han llegado nunca han sido el X-37B estadounidense, su aún bastante desconocido homologo chino y el Buran soviético, todos han volado al espacio de forma no tripulada. Sin embargo, ninguna nación o empresa ha logrado lanzar un avión espacial tripulado a órbita.
Ni siquiera la NASA lo ha logrado después del fracaso del X-33 Venturestar y la cancelación y transferencia a los militares del X-37 ha logrado este éxito. Sin embargo, la idea persiste debido a las ventajas que presenta este diseño en cuestiones como fuerzas G.
Uno de los actores que más apuesta por el desarrollo de este avión espacial es el ISRO. Actualmente desarrollan un prototipo a escala que debería permitir construir un modelo real de aquí a unos diez años.
Este modelo final del que no hay imágenes públicas claras combinará varios tipos de motores. Se habla en principio de tres: turbofán (como los habituales en aviación), scramjet (un tipo de motor alimentado por aire que permite combustión a velocidades supersónicas y permitiría volar a velocidades hipersónicas con mayor facilidad) y cohete (motor que obtiene el oxígeno de los combustibles a bordo del lanzador).
Seguramente empiece sus lanzamientos desde un cohete convencional modificándolo para llevar este avión como carga útil. Después transicionaría a un modelo de TSTO (dos etapas a órbita por sus siglas en inglés). Este modelo de «cohete» emplea dos aviones, uno nodriza más grande que eleva y acelera al RLV y luego este se separa y enciende sus propios motores para llegar hasta órbita. Luego liberaría el satélite y regresaría planeando a tierra para repetir el proceso. Este método es más sencillo y barato que el de dos cohetes más o menos convencionales que propone SpaceX con su Starship.
La última prueba que ha superado este prototipo son las de rodadura y planeo subsónico. A lo largo de 2023 y 2024 tres pruebas exitosas cada una más compleja demostraron la viabilidad de aterrizar como un avión. La anterior prueba de 2016 que lo propulsó a velocidades hipersónicas no aspiró a recuperar el vehículo.
La siguiente será la más ambiciosa hasta la fecha combinando las dos anteriores, pero tardaremos tiempo en verla. Con una nave que será 1,6 veces el tamaño de la que realizó las pruebas de aterrizaje, lo primero será construirla. Pero no será fácil, ni barato, así pues, aún no hay ninguna fecha para ver este lanzamiento a bordo de un GSLV MK3 con una etapa superior de un PSLV.
El ISRO enfrenta una segunda mitad de década interesante poniendo a punto sus misiones tripuladas con la cápsula Gaganyaan. Pero no se podrá perder la pista a su programa de misiones al espacio profundo. Sus punteras instalaciones les permiten afrontar con seguridad sus planes, lo cual alivia los siempre limitados fondos. Pero es digno de mencionar que tras el éxito de Chandrayaan 3, la renovada confianza en la agencia firmó varios cheques notables que financiaban las próximas misiones y un aumento en el presupuesto general. Y con la ambición del ISRO, una parte irá al RLV, aunque ahora tiene competencia dada la intención de construir un competidor al Falcon 9 que se llamará NGLV.