La mala racha de lanzamientos fracasados persiste en este 2023. Si los dos primeros lanzamientos del año acabaron en sonados fallos, al club se une ahora el nuevo cohete japonés. Y la previsión habla de más lluvia de escombros con el vuelo esta noche del novísimo Terran 1.
Problemas en la ignición, dos veces
Este ha sido el segundo intento de lanzamiento del nuevo lanzador. En el intento anterior fechado para el día 17 de febrero la cuenta atrás llegó a 0. Sin embargo, y pese a que los motores principales estaban encendidos y con propulsión máxima, se abortó automáticamente el lanzamiento. El motivo, curioso cuanto menos, se debió a que no se produjo ignición de los aceleradores laterales de combustible sólido. Esto es extraño y seguramente tuvo más que ver con algún problema informático que con un fallo físico o mecánico.
Se tardaron dos semanas en subsanar el problema y anoche se produjo el segundo intento de lanzamiento. Esta vez una vez se vio el problema con la ignición, no había forma de recuperar el cohete. Debido a su uso en las etapas superiores exclusivamente, se emplea hidrolox como combustible y se especializa en un alto impulso específico.
La segunda etapa del cohete japonés utiliza un nuevo motor, este motor es una evolución del empleado en el H2. El LE-5B-3 es una evolución de los motores LE-5B-2, aunque no se han publicado las mejoras que ha recibido el motor. Este originalmente se diseñó para los H-I y su primera gran actualización llegó para el H2. Este ha sido el que ha fallado su ignición en esta ocasión.
Debido a esto, se empezó a apreciar una importante perdida de velocidad en el cohete, y aunque la cofia del cohete se separó correctamente, el cohete estaba muy fuera de trayectoria. Finalmente, y para evitar problemas, se lanzó la orden de autodestrucción y los restos del cohete cayeron sin más incidencias sobre el océano Pacífico.