Elon Musk promete Marte en 2026… con naves que no saben llegar al espacio

Robot Optimus de Tesla en Marte con Starships al fondo
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Elon Musk anunció ayer una nueva versión de sus conocidos planes para alcanzar, colonizar y como paso final terraformar Marte. Una vez más sus planes no dejan de ser una oda a la, aparentemente buena voluntad del magnate poco conocido por su magnanimidad, de preservar a la humanidad haciéndola una especie interplanetaria. Pero las palabras bonitas no van a conseguir lo que sus ingenieros no están logrando, hacer funcionar la Starship. Y sin esta prometedora y futurista nave no hay planes marcianos de ningún tipo.

Vista aérea del despegue del cohete Starship durante su novena misión de prueba, con la costa texana al fondo. Crédito: SpaceX

Noveno intento ¿Cuántos más hasta que alcance la órbita?

Se está haciendo patente un problema grave que SpaceX superó en el caso del Falcon 9 reduciendo y escalonando más las iteraciones. Cambiar de diseño piezas claves de un cohete no es algo que pueda pasar de la noche a la mañana sin explosivas consecuencias.

En tres vuelos con la versión V2 de la Starship no han llegado a alcanzar la fase de reentrada en ninguno. Y sabemos que la versión V2 está en el límite, quizá incluso quedándose corta para alcanzar las capacidades que la NASA necesita para el vuelo a la Luna del año que viene como prueba previa al alunizaje de la misión Artemisa 3.

Pero los problemas para llegar a órbita no deben ser lo que le quita el sueño a Elon Musk, sino que la Starship V3 que avanzaría sobre la base de la V2 que no es capaz de funcionar, debería entrar en servicio para el decimotercer vuelo de la nave. Los cimientos no son estables.

Hasta entonces la V2 tiene otros tres intentos entre los cuales la compañía ha dicho que no realizará grandes paradas. Lo cual descarta modificaciones a gran escala de los prototipos, eso no quita que se aprenderán nuevas lecciones en cada vuelo, pero tampoco aprenderán otro factor importante y es el comportamiento de la nave en órbita. Hasta el día de hoy, y para seguir ninguna nave Starship se ha insertado en órbita, siempre ha realizado una reentrada controlada o no antes de realizar una vuelta completa al globo. 

Primera fotografía de un Raptor 3 distribuida en agosto de 2024 por SpaceX, a la derecha se encuentra un motor Raptor 2 y a la izquierda un Raptor 1.

Se ha argumentado largo y tendido porque no es necesario, y de hecho es deseable que no entre en órbita la Starship. Pero en algún momento necesitarán obtener datos del comportamiento del vehículo, especialmente la cantidad de propelentes que se evaporan y cómo es capaz la nave de dispersarlos. Y eso no lo pueden ver en noventa minutos con un solo ciclo día noche. Por más rápido que quiera SpaceX que las naves lleguen a Marte, es virtualmente imposible hacerlo en menos de seis meses, y en general los trayectos serán de ocho o nueve meses.

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Imagen de la caída de restos provocado por la explosión de la séptima Starship. Este accidente obligó a desviar vuelos. Fuente: RRSS

Más Starship, más grande, más agujeros en el plan

No es nuevo que Musk quiera usar la nave para ir a Marte de forma más o menos permanente, no es novedad saber que la actual Starship se queda pequeña para los planes. De hecho, originalmente, hubo piezas construidas para cohetes con casi el doble del tamaño que hoy en día tiene la configuración. Pero sí es novedad ver planes en firme para aumentar el tamaño de la misma sobre las actuales versiones que vuelan. De hecho, es probablemente la novedad más significativa desde la evolución de los Raptor hasta su versión mas o menos estable V3. Aquí conviene reseñar que estos fueron los primeros en cumplir los requisitos que se establecieron al cambiar el diseño de materiales compuestos a acero inoxidable.

¿Por qué es significativo este detalle? Porque la ingeniería en los actuales motores está al límite, ya han logrado destrozar el anterior récord de presión en una cámara de combustión. También han batido sobradamente el de relación peso empuje para un motor cohete de combustible líquido. Pero entonces, ¿dónde está el límite?

Esa es la pregunta que todo el mundo querría averiguar, la competencia se ha lanzado a diseñar motores de gran potencia con la misma arquitectura que el Raptor. Pero la ventaja que lleva SpaceX es de más de una década y no será fácil de recortar. No es creíble que, pese a los fallos acumulados desde el verano pasado, incluyendo la primera misión fallida de un Falcon 9 en ocho años, el trono de SpaceX corra peligro. No a corto ni medio plazo, salvo una posible excepción, el Neutron de Rocket Lab.

Nave red dragon aterrizando en Marte
Imagen conceptual de cómo se habría visto una nave Dragon modificada para el viaje a Marte aterrizando en Arcadia Planitia. Fuente. SpaceX

Una revisita a lo mismo de los últimos tiempos

En una poco breve conferencia de 40 minutos, Elon Musk volvió a los focos poco después de anunciar su salida del ejecutivo de Donald Trump. Abandonar su puesto gubernamental parece haberle dado ganas de recuperar su gran proyecto personal, haciendo de mesías para que la humanidad llegue a Marte. Sorprendentemente insistió, por enésima vez que en la próxima ventana de lanzamiento, en 2026, varias Starship volarán al planeta rojo. Aunque asumió esta vez tan solo un 50% de posibilidades de lograrlo.

Esto es virtualmente imposible, y eso que aun quedan diez meses para esa ventana de despegues. Siendo muy generosos, quizá serán capaces de lanzar una  Starship. Pero no tienen en la actualidad la capacidad de mantener una flota de cinco naves camino de Marte, tampoco de lanzarlas. Cada Starship tendría que salir con días de diferencia, y no es algo posible en estos momentos. Tampoco han podido probar suficientemente la capacidad de reencender los motores Raptor, porque no alcanzaron la órbita aún. Y estos problemas son generosos, asumiendo que el diseño de la nave esté  tan avanzado que no requieran ningún repostaje en órbita para que la flota alcance el planeta rojo.

Planes de actualización de la Starship
Imagen con los potenciales planes de crecimiento de la Starship comparados con la versión empleada en el vuelo 9. Una pequeña errata es que el tamaño de la nave no cambiaría en la próxima iteración, solo crecería el acelerador Super Heavy. Fuente: SpaceX

SpaceX irá a Marte, es bastante contraproducente apostar contra la empresa que más ha hecho por el sector aeroespacial en los últimos 30 años y  que está liderada por uno de los hombres más ricos del mundo. Pero no será en 2026, cabe la posibilidad de dudar, despúes de un año nefasto para la compañía, que podría complicarse aún más por la aparición de competencia, si en 2028 tampoco será posible. Pero el respaldo de la Casa Blanca, puede suponer un punto de inflexión en la carrera hacía el planeta rojo. El tamaño final de las naves que vayan, es complicado de saber, pero las actuales tienen los días contados, como les pasó a los primeros Falcon 9. 

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