El enorme cráter de Siberia que no deja de crecer

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En el este de Rusia, en un lugar remoto bajo la capa permanente de hielo que hay en la República de Saja, hay un cráter de tamaño descomunal. Se conoce popularmente como “las puertas del infierno”. Esta grieta en el suelo continúa expandiéndose. ¿Cómo se formó? ¿Supone un peligro?
 

Cuando te paras junto al cráter de Batagaika, puedes oír extraños ruidos y chasquidos. No hay árboles alrededor y está situado en un saliente. Si vas allí sabes perfectamente cuándo has llegado a tu destino: el borde del cráter (o lo que se siente como el borde de la tierra). Debajo de tus pies hay un agujero congelado en la tierra que se hunde 100 metros – sus paredes amenazan con colapsar en cualquier momento. A veces, trozos de hielo del tamaño de los coches se rompen y caen en picado hasta el fondo.

Los lugareños llaman a la falla de Batagaika “las puertas del infierno” y, a veces se refieren a ella como “una puerta al otro mundo”. Para nuestra consternación, no hay nada de magia: se trata de una grieta hecha por el hombre, llamada cráter, debido a su gran tamaño.

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A finales de los años 30, en la región alrededor del río Batagaika hubo minería dedicada a la extracción de estaño. Más tarde, en la década de 1960, el gobierno utilizó la región por sus árboles, lo que provocó la erosión del suelo. Al principio era sólo un pequeño barranco, pero la situación fue empeorando constantemente, debido, en parte, a las temperaturas permanentemente bajas que había allí.

“La deforestación que tiene lugar en condiciones de permafrost rápidamente tiene consecuencias catastróficas. La situación hidrológica cambió: se invirtieron las escorrentías de los arroyos, se arrancó la cubierta terrestre y el permafrost comenzó a hundirse más”, dice el investigador principal del Instituto de Ciencias del Suelo de la Academia Rusa de Ciencias, Alexéi Lupachev, que trabaja en el cráter de Batagaika.

El suelo se estaba hundiendo rápidamente y pronto se formó un embudo. En invierno las temperaturas en Yakutia bajan por debajo de -50ºC. Pero en verano, el calor ardiente hace que la situación sea más extrema, derritiendo la desnuda capa de hielo.

Hoy en día, la falla mide alrededor de un kilómetro de longitud, 800 metros de ancho y 100 metros de profundidad, lo que la convierte en el mayor sumidero de permafrost termokárstico del mundo. Su forma recuerda a un gigantesco molusco con cola. Los lugareños a menudo han fantaseado con lo que podría pasar una vez que crezca y alcance el pico local de Kirgillyakh. 

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“En promedio, la falla crece entre 10 y 15 metros anualmente”, dice uno de los inspectores del gobierno que patrulla el perímetro, añadiendo que “es un proceso muy gradual, y no hay nada de qué preocuparse”. Lupachev está de acuerdo. “El fenómeno no supone ningún peligro para el planeta. El único peligro real es caer en él y romperse la pierna”. 

Sin embargo, la falla continúa atrayendo la atención. En 2017, la revista Quaternary Research dedicó al cráter su primera gran monografía. Debido a que el hielo se derrite y son habituales los deslizamientos de tierra, la mega-falla reveló antiguos estratos de hielo y suelo, permitiendo el estudio de las características biológicas y climáticas de nuestro planeta. Se dice que la más antigua de las capas tiene una antigüedad de entre 600 y 650.000 años. Los científicos dicen que este agujero de 100 metros de profundidad contiene toda nuestra historia.

El fondo de la fosa suele albergar restos de mamuts (Yakutia es el hogar de entre el 60 y el 80% de los huesos de mamuts del mundo), lemmings, bisontes y otros animales antiguos. El sitio atrae a expediciones paleontológicas de todo el mundo, pero el verano está resultando peligroso llevar a cabo este trabajo. El hielo se está derritiendo rápidamente, lo que provoca frecuentes desprendimientos. Desafortunadamente, no todo el mundo siente el peligro. Algunos lugareños están dispuestos a arriesgar sus vidas y descender a la fosa ilegalmente, posiblemente para tratar de encontrar un colmillo o algún otro tesoro que les proporcione algo de dinero.

Es difícil decir cuándo se detendrá el proceso de expansión, pero tiene un límite. Por ejemplo, cuando finalmente llegue al suelo rocoso. La fosa se convertirá en un barranco al final, posiblemente con una carencia en el fondo. Podrían pasar otros 100 años hasta que eso suceda.

RBTH