Amaterasu, en honor a la diosa del Sol
De entre los muchos candidatos a dar nombre a la partícula, el profesor Fujii y sus colegas se decantaron por «Amaterasu«, en honor a la diosa del sol que, según las creencias sintoístas, desempeñó un papel decisivo en la creación de Japón.
La partícula Amaterasu es quizá tan misteriosa como la propia diosa japonesa. ¿De dónde procede? ¿Qué es exactamente? Estas preguntas siguen sin respuesta, aunque los autores confían en que su hallazgo allane el camino para esclarecer los orígenes de los rayos cósmicos y, concretamente, de este.
Hipótesis sobre su misterioso origen
Los resultados podrían indicar que se produce una desviación magnética mucho mayor que la predicha por los modelos de campo magnético galáctico, que la partícula procede de una fuente no identificada todavía en el vecindario extragaláctico local, o incluso que la comprensión que hoy se tiene de la física de partículas de alta energía asociada a estos rayos está incompleta.
«No se ha identificado ningún objeto astronómico prometedor que coincida con la dirección desde la que llegó el rayo cósmico, lo que sugiere posibilidades de fenómenos astronómicos desconocidos y orígenes físicos novedosos», reflexiona Fujii.
No se ha identificado ningún objeto astronómico que coincida con la dirección desde la que llegó este rayo cósmico, lo que sugiere posibilidades de fenómenos astronómicos desconocidos y orígenes físicos novedosos
Toshihiro Fujii (Universidad Metropolitana de Osaka)
El profesor japonés detalla a SINC: “Puede estar asociada a fenómenos extremadamente energéticos, como estallidos de rayos gamma o núcleos galácticos activos, pero otra posibilidad es pensar en un escenario exótico como la desintegración de materia oscura superpesada, una nueva partícula, a partir de física desconocida más allá del modelo estándar”.
Además de seguir operando el experimento Telescope Array, el investigador adelanta los próximos pasos: “Necesitamos una gran cantidad de partículas energéticas de este tipo mediante la toma de más datos y la actualización de nuestro experimento, denominado TAx4, con sensibilidades cuádruples, y también se necesita un observatorio de nueva generación para aclarar la fuente” de este energético y misterioso rayo cósmico.