Científicos descubren para qué se utilizaba esta «varita mágica» de la Edad del Hielo

Tal como el dedo torcido de una bruja de cuento de hadas, un artefacto de marfil fragmentado que fue recuperado hace varios años de una excavación de la Edad de Hielo en el suroeste de Alemania, parece que deseara ser apuntado con intenciones mágicas.
A lo largo del último siglo fueron descubiertos objetos similares en todo el continente, y todos ellos invitan a especular sobre su finalidad: tallados en punta, perforados con agujeros, se ha pensado en varitas y cetros, o tal vez de flautas, o símbolos de poder oculto, instrumentos rituales y mágicos.
© Foto : H. Jensen/University of Tübingen / Bastón perforado de marfil de la cueva de Hohle Fels, suroeste de Alemania, con cuatro vistas.
El arqueólogo de la Universidad de Tubinga (Alemania), Nicholas Conard, y su colega arqueóloga de la Universidad de Lieja (Bélgica), Veerle Rots, son mucho más realistas al sugerir, tras el descubrimiento de los bastones, que se utilizaban para tejer. Ahora ambos investigadores presentaron una prueba de concepto en apoyo de su hipótesis.
En 2015, Conard, Rots y un equipo de colegas investigadores descubrieron 13 piezas de marfil de mamut elaborado en la cueva de Hohle Fels, en el valle de Ach, un yacimiento de ocupación de 40.000 años de antigüedad ya famoso por el hallazgo de la que se considera la representación más antigua de una figura humana.
Las piezas de marfil encajan a la perfección para formar un objeto de 20,4 centímetros de longitud, con cuatro orificios lo suficientemente anchos como para introducir un lápiz. Con ello, el bastón de marfil modificado no tiene una finalidad aparente, al menos a primera vista.
Sin embargo, gracias al exquisito estado de conservación de sus estrías, junto con las fibras vegetales tamizadas del suelo circundante, Conard y Rots estaban seguros de que se trataba de una herramienta para fabricar uno de los recursos más preciados de la Edad de Piedra: la cuerda.
Imágenes macro y microscópicas del bastón perforado H. Jensen © Foto : Dominio Público/H. Jensen / Imágenes macro y microscópicas del bastón perforado de marfil de Hohle Fels y pruebas de residuos.

Mientras que los objetos de piedra, asta y marfil pueden persistir a lo largo de milenios, los materiales menos duraderos, como la fibra vegetal, se pierden en el tiempo. Sin embargo, cuerdas, cordeles e hilos habrían sido productos vitales en el Paleolítico, utilizados para atar y asegurar todo, desde embalajes hasta armas, pasando por alimentos y ropa. Es impensable que no existiera algún tipo de tecnología para fabricar estos materiales con facilidad, destaca el portal Science Alert.

Para demostrar aún más que el artefacto, junto con un segundo bastón perforado estaban destinados a fabricar cordaje, Conard y Rots reprodujeron una de estas herramientas propias y la pusieron a prueba.
Estaba claro desde el principio que el bastón no sería práctico ni necesario para fabricar cuerdas e hilos más finos. Sin embargo, utilizando los agujeros como guía, se podían retorcer rápida y eficazmente cuerdas más gruesas compuestas de dos a cuatro hebras.
Los investigadores probaron varios materiales, como tendones de ciervo, cáñamo, lino y ortigas, y descubrieron que las fibras de espadaña, tilo y sauce daban los mejores resultados.
Con cuatro o cinco participantes sujetando la réplica de la herramienta y dando las hebras, los investigadores pudieron tejer 5 metros de cuerda de totora de calidad, robusta y flexible, en solo 10 minutos.
 
Como ocurre con cualquier réplica, el experimento no puede demostrar sin lugar a dudas que los artefactos sirvieran para lo mismo o se utilizaran necesariamente de la misma manera. El hecho de que un artefacto antiguo pueda usarse imaginariamente de una manera no significa que lo fuera, después de todo.
Objetos similares también pueden tener usos sutilmente diferentes, quizá para sujetar astiles mientras se aseguran las puntas de proyectil, o para enderezar trozos de madera.
Junto con el análisis microscópico de las estrías del Hohle Fels Lochstab y las fibras vegetales del yacimiento, el enigma de cómo se fabricaban cuerdas de alta calidad hace miles de años podría tener su solución.
Esta investigación fue publicada en Science Advances.