Uno de las principales motivos por los que escoger Sevilla era la descentralización promovida por el ejecutivo. Una vez descartadas por ello Madrid y Barcelona, una de las ciudades más importantes que quedaban en liza era Sevilla. Una de las pocas ciudades relevantes de España que había expresado su voluntad de acoger la agencia.
Su interés por ello reside en las valiosas instituciones que alberga Andalucía relacionadas con la exploración espacial. Quizá la más famosa sea la fábrica de Airbus defensa y espacio que está situada en la propia ciudad.
El anuncio ha sido realizado por Isabel Rodríguez García, portavoz del Gobierno tras el consejo de ministros. Durante el mismo se ha confirmado a la ciudad como sede de la agencia espacial española y a Coruña como sede de la agencia de supervisión de la inteligencia artificial. La ministra de organización territorial ha felicitado a ambas candidaturas. Señaló además el fuerte respaldo de Sevilla con 298 instituciones.
«Este no es sólo un proyecto de Sevilla sino que se trata una ambición de ámbito provincial y autonómico que será positiva para toda Andalucía», señaló durante la presentación de la candidatura el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (PSOE).
Además de Airbus, la ciudad alberga tres universidades públicas y una privada. Por otro lado, Andalucía contaba con el respaldo a nivel científico profesional del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Un organismo de gran renombre en la investigación espacial y respaldado por el CSIC.
Originalmente en ciertos círculos se especuló con la fusión del INTA, y el departamento dedicado al espacio del CDTI.
Fusionar ambas instituciones, las únicas dedicadas al espacio en el ámbito nacional, parecía la opción lógica si la intención era crear una suerte de NASA española.
El tiempo ha pasado y las expectativas se han enfriado duramente. Mientras que al principio se hablaba incluso de la adopción del Miura 5 o el PILUM como lanzadores nacionales, estos sueños se han ahogado en realidad.
Ni siquiera el PILUM, un proyecto público de otro ente estatal como es el INTA va a recalar entre los activos de la AEE (Agencia Espacial Española).
El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial es un organismo dependiente del ministerio de defensa. Sus funciones son variadas e incluyen el diseño de misiles, la certificación de armas para el ejército, la investigación y el desarrollo de nuevos productos. Todo enfocado en el ámbito aeroespacial.
Las funciones del instituto transcienden el espacial. Pero además se ven constreñidas a su función dentro de las fuerzas armadas. Por otro lado, además, el INTA no es un organismo dedicado a fabricar más allá de equipo experimental o como mucho de preproducción.
Un buen ejemplo es el cohete PILUM, que es a la vez el proyecto más ambicioso actualmente en las instituciones públicas para el espacio.
El Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación se encarga de apoyar a la industria privada y de representar a España en los organismos supranacionales dedicados al espacio.
Sus funciones no son exclusivas del espacio, si no que existe una división dedicada específicamente a este. El resto del organismo financia iniciativas en otros aspectos de innovación que tienen interés para el estado.
Finalmente, la Agencia Espacial Española avanza hacia algún sitio. La industria, la prensa y los aficionados llevamos meses esperando que se dilucide este aspecto menor. Para que se hable de cuestiones más importantes.
En la actualidad se sabe que la agencia estará compuesta por el antiguo departamento del espacio del CDTI. Esto bloquea, por el momento, aspiraciones a construir sondas propias.
Pese a estar incorporados a distintos programas supranacionales, varios países de nuestro entorno emplean sus agencias espaciales nacionales para llevar a cabo misiones propias.
Ejemplo de lo cual es el rover MASCOT, desarrollado por el CNES francés y el DLR alemán. Este rover fue lanzado junto con la sonda hayabusa 2 de la JAXA con destino al asteroide Ryugu.
Otro ejemplo reciente es el sub satélite LICIACube de la ASI italiana. Esta misión acompañó a DART hasta poco antes de su impacto. Y permitió obtener imágenes cercanas después del impacto.
En conclusión, el anuncio de hoy es un buen paso en la buena dirección. La elección de la ciudad de Sevilla es acorde con unos requisitos técnicos y políticos aceptables. La industria de la zona, con un buen énfasis en el sector aeroespacial, se verá reforzada ante este nuevo organismo.
Pero un buen paso no debe confundirnos.
Si se aspira a algo más que a mantener el nivel actual, sin que este nuevo actor mejore al sector, se deben llevar a cabo más medidas. La principal aumentar el exiguo presupuesto que se destinará a la AEE. Apenás superará los 500 millones de euros y la mayor parte de este irá a parar a la ESA, pues la aportación de España a la Agencia Espacial Europea saldrá del presupuesto de la española.
Esta entrada fue modificada por última vez en 05/12/2022 17:44
Jefe de sección Actividad Aeroespacial. Especialista en el programa espacial indio. Universidad de Oviedo.