El Sol es un enorme reactor nuclear, capaz de consumir ingentes cantidades de hidrógeno por segundo para poder mantenerse en equilibrio y continuar iluminando los planetas que lo rodean. Este pasa por los llamados ciclos solares, fases de variación en la actividad de la estrella. Estos están principalmente relacionados con la proliferación de manchas, que pueden producir una tormenta solar. El 24 de marzo entre las 3 am y 6 am la Tierra fue alcanzada por una gran tormenta geomagnética como no veíamos hace 6 años.
Tormenta solar
Junto con las manchas solares se generan disrupciones en el campo magnético de la estrella. Este mismo altera el plasma eléctricamente cargado del cual está compuesto el Sol. En algunos casos estos generan grandes expulsiones de masa coronal; la capa más externa. Cuando las partículas interaccionan con el campo magnético terrestre provocan las llamadas tormentas geomagnéticas.
Aunque no supone un riesgo mayor para la vida en la Tierra, muchos sistemas eléctricos, satélites y sistemas de radio se ven afectados. El sistema de GPS, fundamental para muchos aviones y barcos, puede pasar por una cortina donde el servicio es nulo. También este fenómeno destaca por ser la causa de las visualmente atractivas auroras boreales y australes que pueden verse en las regiones más cercanas a los polos magnéticos.
Categoría G4
Con el fin de clasificar las diferentes intensidades de tormentas geomagnéticas que puedan alcanzar la Tierra y, semejante a los sismos, facilitar la comprensión de amenaza y posibles riesgos se crearon unas categorías basadas en el llamado índice planetario K. A partir de las mediciones de magnetómetros en diferentes partes del mundo y en naves espaciales como DSCOVR, se crea un valor entre 0 y 9 que indica la intensidad del evento, luego se etiqueta en cinco niveles diferentes.
Pasó desapercibida al ser causada por las llamadas eyecciones de masa coronal sigilosas. Como su nombre indica estas son especialmente difíciles de detectar. Actualmente, se tienen diferentes sondas espaciales y observatorios solares dedicados específicamente a poder conocer mejor el Sol. Varios sistemas de alertas deberían permitirnos prepararnos contra una tormenta eléctrica que amenace fuertemente toda la red eléctrica del mundo.
La observación solar y del llamado clima espacial es fundamental, especialmente en los próximos años. Se espera el Sol alcance el pico o máximo del ciclo solar actual en julio de 2025. Ofreciendo una enorme oportunidad para comprender la fuente más importante de energía y pilar de la vida en la Tierra.